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Mostrando entradas de enero, 2021

¿A quién creerle?

  Qué difícil pregunta… Gobiernos, instituciones, compañeros de trabajo, miembros de familia, amigos o distintas personas que de una u otra manera nos pudieron llevar a la decepción. Lo vemos en este tiempo, pero siendo realistas, es algo que se hace más evidente a medida que pasan los años en nuestra historia de vida. Tener esa tentación latente a no creerle a otros. Pero en otro sentido, qué necesario y qué humana es la necesidad de confiar en personas que no nos fallen, por quienes podamos poner las manos al fuego. Creo que estas dos realidades pueden llevarnos a tomar conciencia lo que significa la fragilidad humana, la de ser personas finitas y limitadas que tienen a la vez deseos profundos y trascendentales. Ese ser personas espirituales hambrientas de encuentro y ser personas de barro que tapan el hambre con evasiones y pobres respuestas. ¿Y qué ocurre entonces cuando en nuestra vida se nos ha encomendado un puesto de autoridad? Todos de alguna manera tenemos un cargo

Dejarnos sorprender...

  Hay veces que sentimos que todo se junta. Esas en las que hay cambios de planes, exigencias mayores y la clara experiencia que se nos levanta la varilla. Experiencias que nos llevan a mirar más alto y comprender que el horizonte es más inmenso de lo que suponíamos. Estas semanas me tocó vivir y aprender muchas cosas de ello… Siempre estará en nuestra libertad el renegar por las exigencias que nos toca vivir, o el hacer un acto de confianza, con la certeza de que Dios está detrás de todo, incluso sacando bienes de los males y que siempre estaremos protegidos por Él… Cuántas veces he podido experimentar en momentos así, el misterio de sentir claramente que Dios me busca y me habla. Cuántas veces al ver dificultades o preguntas sin resolver, veo que hay una voz amorosa que me tranquiliza y una mano firme que me sostiene con su gracia invitándome a poner y renovar mi seguridad en Él. Son esos momentos en los que siempre me sorprende, porque me habla, me recuerda lo esencial, me lla

Respuestas sin preguntas...

  Ese día inolvidable del 8 de agosto del 83, esa mañana viendo el mar, ver más allá, luego de estar más de 1 hora en total silencio y a solas ocurrió ese maravilloso misterio de saber que había encontrado la respuesta a mis preguntas. Y al hablar con una amiga pude categorizar que había encontrado la respuesta a esas preguntas que no sabía que las tenía. Entendí que las preguntas se me revelaron cuando vi la inminente respuesta para mi vida. Y me vino este recuerdo importante cuando hoy rezaba en el Evangelio de este domingo. Entre tantos detalles de este bello pasaje, me conmovió lo que hicieron los discípulos de Juan Bautista, que empezaron a observar a Jesús, fueron detrás de él y le preguntan: « Rabí (que significa Maestro), ¿Dónde vives?» Y Jesús no les contesta con una dirección, o con la descripción de un lugar específico. Sabe que esa no era la pregunta de fondo, quiso responder la verdadera pregunta que había en sus corazones. Y entonces no les da la respuesta ni les explicit

Como en un palco...

  Sentirme como en un palco. Ese sitio especial desde el cual se puede ver mejor esa obra que admiramos. Ese  compartimento abalconado que dispone de un cierto grado de independencia en el acceso y de intimidad en la habitabilidad. Algo así, es como me experimento cuando tengo el privilegio de ver tan cerca y nítido esos encuentros maravillosos entre las personas que conozco y el mismo Dios. Cuando hoy meditaba sobre la persona de Juan Bautista, que se encontró con Jesús, tomé conciencia de mi propia misión. Y así como Juan era consciente que su misión le pedía NO estar en el lugar del encuentro, que le tocaba guardar distancia y disminuirse para que ni él ni nadie interrumpa el momento indescriptible en el que cada persona se encontraba con Jesús, yo también estoy llamada a hacer lo mismo. Y puedo confirmarlo si recuerdo mi propia experiencia. Esa vez que le conocí más de cerca y todas las veces que lo vivo nuevamente. Cuando esta experiencia indescriptible se da, necesito tenerlo a s