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Mostrando entradas de septiembre, 2023

Los Sí y No...

  El otro día observaba en una fiesta infantil a un niño con una tremenda pataleta y un llanto incontrolable porque él quería algo que el papá le prohibió. Cuando el llanto se cambia a escándalo, he visto que lamentablemente la historia termina haciéndose lo que él quiere. Pero me quedé gratamente sorprendida cuando ví que este papá lo llevó a un lugar apartado, lo miró fijamente a los ojos buscando serenarlo. El niño gritaba más y más fuerte, lloraba más y más. Pero el papá de forma paciente y firme le repetía que se calmara. Le decía que no siempre se hace lo que él quiere. Fue un llanto y pataleta de 10 largos minutos. Y al final ganó la autoridad del papá. Entonces me pregunté quién ganó realmente… a lo que me alegró concluir que los dos. El hijo se hizo un poco más resiliente, el hijo confirmó la fortaleza de su papá, el papá le amó al educarlo un poco más. 15 minutos después el niño estaba contento jugando con los demás. Me quedé pensando luego que, aunque no seamos niños, tal

Trabajando con alegría

  Al leer el Evangelio del domingo, me quedé pensando en esas peleas infantiles que viven no sólo los niños, sino también los adultos cuando reclamamos justicia. Esas discusiones que pueden acabar en resentimientos que han ocasionado grandes separaciones y rupturas. Conflictos que no tienen proporción con lo que se ha perdido: una relación, la unión familiar, el equipo de trabajo, la amistad. Heridas escondidas o abiertas que se hacen dolorosas si no se aclaran o perdonan. Jesús cuenta la parábola de un dueño de la viña que sale a contratar trabajadores. Saliendo a primera hora (6am), encuentra aquellos con los que queda en 1 denario por el jornal, el sueldo justo para ese trabajo. Pero luego sale cada 3 horas para seguir contratando a otros trabajadores a quienes les dice que se les pagará lo justo… Y la disposición y bondad de este señor le llevó a salir hasta 1 hora antes de acabar la jornada. Y a las 5pm contrata a otros hombres que no habían sido contratados por nadie. Ninguno

Perdonar...

  Éste es un tema que siempre ha sido difícil de abordar y comprender. Querer perdonar, querer hacerlo de corazón y reconocer que humanamente es muy difícil. Y como este domingo Jesús nos habla del “perdonar 70 veces 7”, se me ocurrió compartir con ustedes algunas ideas cortas e importantes que Jesús nos enseña, para poder experimentar esta importante realidad en nuestras vidas. Esta realidad que va de ida y venida: perdonar y poder recibir el perdón… En primer lugar, hemos de reconocer que hay diversas visiones incompletas sobre lo que es el perdón auténtico. Por lo cual hemos de comprender que: ·          Es más que aceptar lo que sucedió.  Eso es un primer paso importante, pero que se queda corto. ·          Es más que suprimir nuestro enojo , pues un perdón auténtico sí reconoce la molestia, y busca cambiar ese dolor. ·          Es más que el no guardar resentimiento.  Mas bien, es llegar en algún momento de la vida  desearle el bien al ofensor. ·          Es más qu

Más allá...

  No sé si a ustedes les ha pasado alguna vez, pero últimamente he tenido como cierto prejuicio al tema de lo legal. Tal vez es un tema tan maltratado y mal utilizado, que suena a engaño o estafa. O tal vez por esa sensación de que al cumplir la ley, uno puede quedarse con la actitud mediocre de sólo haberla cumplido, sin ir más allá… Pero sea como sea, sabemos bien que las leyes son necesaria y ayudan mucho a dar orden y a poder hacer justicia en nuestro ambiente. Y hoy, leyendo particularmente la 2da lectura de este domingo, traté de pensar y buscar su significado: ·   Ley= regla o norma establecida por una autoridad superior, para regular algún aspecto de las relaciones sociales. ·   Ley= aquello que está establecido para mandar o prohibir algo en consonancia con la justicia. Dos definiciones que me gustaron. Ambas buscan el bien de las relaciones sociales y vivir justamente.  Definiciones que nos llevan a pensar que la ley busca el bien, busca la paz, busca mejorar y ma

Un antes y un despúes...

    Te invito a hacer un ejercicio: Piensa en algún momento de tu vida que marcó un antes y un después. Esos momentos que te definieron, luego de los cuales ya no fuiste el mismo. Momentos como el día que diste a luz y empezaste a ser madre para toda tu vida, el día que perdiste a esa persona que tanto amas con un dolor que llenó de misterio tu vida, esa promesa para toda la vida luego de la cual has puesto todos los medios para cumplirla, esa vez que salvaste tu vida de milagro asumiendo que sigues en este mundo por alguna razón, ese sueño y proyecto que pudiste conseguir y te hace tan feliz. Esas experiencias que de una u otra manera han marcado tu forma de vivir, las opciones que tomas, la forma de priorizar el tiempo, esos sí o no que van en función de aquello tan importante …. El Evangelio de este domingo es rico y tiene muchas cosas por preguntarnos y valorar. Pero no sé por qué Dios me invitó a quedarme sencillamente en la primera línea: “ Desde entonces comenzó Jesú