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Mostrando entradas de 2023

El mejor tiempo…

  “La paciencia todo lo alcanza”, decía Santa Teresa de Jesús. Y cada vez me parece más cierto y necesario. Creo que en un mundo acelerado donde el hacer las cosas rápidamente es una virtud, tener experiencias en las que toca esperar, toca confiar porque no se ven los resultados, toca aceptar que debemos aguardar más tiempo de lo que suponíamos, se convierte en algo hasta desagradable o que puede ponernos de mal humor. Situaciones en las que la impaciencia hasta nos lleva a buscar culpables fuera o dentro... Y aunque unos tienen más de paciencia que otros, es humano el desconcierto cuando las cosas no suceden como lo esperamos. Hoy al rezar en torno a la Sagrada Familia y en torno al inicio de un nuevo año, me vino a la mente y al corazón la pregunta sobre la importancia del tiempo, los tiempos de la vida, los tiempos de Dios. ¿Cómo medimos y valoramos el tiempo? ¿Cuándo es mucho tiempo y cuándo poco tiempo? El pasaje del Evangelio nos sitúa en torno a José y María que van al templo a

El canto del silencio…

  Me encanta escuchar música. La uso para motivarme a trabajar, para escribir, para limpiar y organizar, para caminar, para rezar, etc. Pero últimamente se me dio por dejar de ponerla y quedarme sin sonidos. Es como que Dios con diversos detalles y circunstancias me invitó a guardar más silencio, para percibir mejor su presencia y en otras maneras. Silencio físico, y de melodías. Pero también ese guardar silencio en el corazón. Percibir la riqueza del silencio de aquellas personas que aman y se entregan con sencillez, sin hacer aspavientos, sin contar lo que van logrando. Ver la riqueza del guardar silencio para que esas batallas, esas alegrías, esas pruebas o esos hondos encuentros con los demás deje huella dentro y sin sonido de fondo, sin palabras, sin comentarios o fotos. Sencillamente todo en silencio. Y al contemplar el indescriptible misterio del Nacimiento de Dios, al contemplar la historia de Amor y de humildad, a Jesús nacido en un pesebre junto a los animales y las paj

Dos frecuencias...

  Caminaba luego de un lindo encuentro, me quede pensando en tantos regalos y alegrías que recibo. Y entonces reconocí otra vez esa sensación tan dulce y misteriosa: ese sentir el pecho y el corazón cálido y ardiente. Algo que enciende el oído, la vista y todos los sentidos para reconocer que estoy llena de alegría. Un misterio que no depende de las circunstancias, sino que es algo que brota de dentro. Reconocí y confirmé una vez más que en el camino interior tenemos como dos canales, dos frecuencias en las que también se manifiesta y vive la alegría: Una es la cotidiana, con esas circunstancias buenas, con detalles de cariño, con esos asombros y acontecimientos que despiertan risas y carcajadas. Alegrías tan sanas y humanas que nos ocurren con tantas personas y en diversas circunstancias. Alegrías que pueden depender en parte de nuestra actitud, como también se ven influenciadas por lo que nos rodea. Y en la cual podrán haber momentos de alegría. Esos momentos inolvidables que l

Los buenos gritos...

  En estos días pude encontrarme con personas que me dieron un testimonio sobre la fuerza del amor. Corazones que se vencían a sí mismos para ayudar y entregarse con todo su ser. Madres ancianas aceptando su fragilidad y dejándose ayudar para ver felices a los suyos, mujeres sacrificando sus espacios de descanso para sacar adelante a lo que aman, esposos dispuestos a tener un trabajo más difícil con el fin de tener a su familia contenta y estable. Actitudes que me conmovían, porque me mostraban que el amor puede estar por encima del orgullo, de los propios gustos o de todo aquello que les pueda dar seguridad y control sobre las cosas. Me acordé de estos testimonios cuando rezaba el Evangelio de este domingo, 2da semana de Adviento, en la que se habla del testimonio de Juan Bautista y lo describen como un profeta que vive y grita en el desierto: “Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”.” Mc. 1,3 Me puse entonces a pensar cómo es la ex

La hora perfecta...

  Mes de diciembre, cuando los planes sobre las celebraciones de Navidad, sobre las visitas de familia o los encuentros con los nuestros emociona y anima a querer vivir lindos días. ¿Cómo es nuestra disposición, nuestro entusiasmo y los detalles con los que nos preparamos para estas grandes visitas? ¿Qué emociones se evocan en el corazón cuando sabemos que llegará esa persona que queremos tanto? La mayoría de las veces sabremos la hora y día. Tal vez iremos marcando en el calendario los días que faltan, que faltan 10, 9, 8 días hasta que las emociones y lindas fantasías sigan aumentando … Otras veces puede ocurrir sabremos que ese ser querido llegará en cualquier momento. Y los sentimientos podrían alterar el sueño y el horario natural porque queremos estar alertas ante su inminente llegada. Todos ellos síntomas de amor, de admiración y de un deseo sincero de querer encontrarnos con esas personas. En este primer domingo de Adviento, Jesús nos habla de estar en vigilia porque no s

El camino del Rey

  Pensar en un rey de los de épocas antiguas nos puede remitir a respeto y admiración por su ejemplaridad o la conciencia a serlo. Hoy, hasta puede sonar a cuentos infantiles o tener una connotación absurda. Sin embargo, sé de Alguien que nunca deja de ser un buen y verdadero Rey, porque nunca dejará de ser la mejor referencia de Amor y entrega incondicional.  Este Rey que siendo Dios y siendo todopoderoso, se hizo tan débil y pequeño para quedarse muy cerca a tu corazón y al mío. Jesús se nos presenta en este último domingo del año litúrgico de la Iglesia como Un Rey que nos ofrece la mejor invitación: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”  Mt 25,34 Rey justo, que nos regala un camino y la única medida que nos hará felices. La mejor bendición cuando elegimos la mejor vida: el amor. Amor hecho servicio y entrega en obras de misericordia. Pero hoy te invito a ir un poquito más allá de un camino con