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Dos frecuencias...

 




Caminaba luego de un lindo encuentro, me quede pensando en tantos regalos y alegrías que recibo. Y entonces reconocí otra vez esa sensación tan dulce y misteriosa: ese sentir el pecho y el corazón cálido y ardiente. Algo que enciende el oído, la vista y todos los sentidos para reconocer que estoy llena de alegría. Un misterio que no depende de las circunstancias, sino que es algo que brota de dentro.

Reconocí y confirmé una vez más que en el camino interior tenemos como dos canales, dos frecuencias en las que también se manifiesta y vive la alegría:

Una es la cotidiana, con esas circunstancias buenas, con detalles de cariño, con esos asombros y acontecimientos que despiertan risas y carcajadas. Alegrías tan sanas y humanas que nos ocurren con tantas personas y en diversas circunstancias. Alegrías que pueden depender en parte de nuestra actitud, como también se ven influenciadas por lo que nos rodea. Y en la cual podrán haber momentos de alegría. Esos momentos inolvidables que luego se cultivan y viajan hacia la otra frecuencia. Pero frecuencia en la que también pueden darse otros momentos de tristeza e incertidumbre que hacen tambalear y alterar esa alegría. Algo muy humano y comprensible.

Pero creo que existe otra frecuencia, en un lugar muy hondo, por debajo de toda superficie. Una que da fuerza y vida al caminar de la existencia. Una que no se ve afectada por lo externo, por las circunstancias buenas o malas. Una frecuencia de gozo que misteriosamente puede ir de la mano con circunstancias tristes, con decepciones o cruces de la vida. Si, el corazón humano tiene el poder de vivir en un gozo interior que no se apaga a pesar de las pruebas y dolores.

Ese es el gozo que reconocemos este domingo de Adviento, conocido como “Gaudete”, y que nos muestra que la vela de la corona de Adviento que encenderemos no es morada, sino rosada como símbolo de esta alegría.

Esta es una semana para reconocer y avivar el gozo más importante, el de esta frecuencia interior que se puede alimentar únicamente con el AMOR: vivido, recibido y ofrecido por los nuestros, a los nuestros y a los que lo necesitan. Un amor que tiene por origen el mismo Dios hecho carne, hecho Niño, hecho Pan.

Te animo a entrar a tu corazón y reconocer lo que habita en Él, para que permitas que el gozo y el amor tengan una cita bendita en tu propio corazón.

Hice esta oración y si te ayuda, rézala para encontrarte con ese gozo y amor para el que has nacido.

 


Tengo un corazón llamado a permanecer encendido, que guarde calor y cobijo maternal.

Uno que necesita de aire fresco y claro para oxigenar hondamente mi espíritu.

Tengo un corazón que nació para volar alto y libremente, permitiendo sueños de paz auténticos y de entrega radical.

Tengo un corazón como todo ser humano, que nació para permanecer con la lámpara encendida, alimentada con el aceite de la gracia y esa fuerza que solo Dios ofrece.

 

Y es que todo corazón muere y deja de latir

cuando entra la desconfianza y desesperanza,

porque apaga el canto de la verdadera paz.

 

Tengo un corazón que nació

para permanecer alegre, gozoso y confiado.

Uno que no apaga el espíritu,

sino que lo aviva, enciende y calienta

cuando se deja inundar 

por la única fuerza capaz de apagar 

todo miedo y oscuridad.

 

Me diste un corazón que vive y se alimenta

con la única fuerza cierta, indudable e infinita 

ésta que se llama AMOR.

 

Amor auténtico, expresado vivamente en los nuestros,

capaces de grandes y pequeñas cosas para mostrárnoslo.

Amor auténtico, éste que nos realiza tanto, cuando lo damos todo por los que tanto queremos.

Amor auténtico, el que experimentamos, cuando podemos secar, aunque sea un poco, las lágrimas de los más sufridos en nuestro mundo.

 

Amor auténtico que Tú mi Dios me regalas

éste que me das tantas veces y de tantas formas

para encender mi lámpara

e iluminar con tu luz a los tuyos.

 

Y entonces, aquí dentro

hay una cita constante y misteriosamente indescriptible

hay una cita entre el amor, tu amor

con este gozo hondo y bueno, este cálido y dulce.

 

Dejaré entonces mi corazón

con todo el espacio posible,

sacando egoísmos, desesperanzas, resentimientos y desconfianzas,

para que se encuentren los dos

acunando este misterio.

 

Prepararé el corazón para que se de esta bendita cita

entre el amor y el gozo,

para que Jesús, el Amor encarnado,

nazca nuevamente aquí dentro.

Para que venga más hondamente

y quede todo listo para

este ente encuentro y gozo eterno 

que me lleve a caminar al cielo

empezando en el hoy y contemplando el para siempre.

AMÉN

 ::::::::

Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.

1 Tes. 5,16-24

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Y te comparto una canción compuesta por las fraternas, que habla de la alegría de María, y la alegría de esperar... (si no se puede, copia el link y lo pones en el navedador...)

https://drive.google.com/file/d/1L_Fk2Hus0td2rxoyE88AeBXkR2vu1rGs/view?usp=drive_link



Comentarios

  1. Muchas gracias querida hermana cada vez más hermosas tus reflexiones
    Que Dios te siga Bendiciendo

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  2. Elfidemariapozoa@gmail.com20 de diciembre de 2023, 2:16

    Gracias querida Magaly por ser una bendición de Dios. Hermosa y sabia reflexión

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