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Mostrando entradas de enero, 2023

Libres...

  Quién no quiere serlo…Una meta que es un sinónimo de felicidad. Libertad que siempre va de la mano con la paz, el gozo y la plenitud de nuestra vida. Hoy rezando sobre las bienaventuranzas, que es el Evangelio de este domingo, no dejaba de resonarme cómo éste es un camino que nos hace libres. Creo que las bienaventuranzas han evocado cierta polémica y cuestionamiento porque diera la impresión de ser algo masoquista, como un buscar sufrir persecuciones, pobreza y llanto para ser felices. Y sin embargo creo que, buceando un poco nuestro espíritu, podríamos encontrarnos con una experiencia muy humana y misteriosa que nos ocurre en nuestro interior: Cuando uno vive muchas experiencias difíciles, exigentes o dolorosas tiene dos posibilidades: amargarse y reclamar lo vivido, o puede descubrir que hay como un camino que nos lleva a romper barreras, algo así como “luego de vivir ésto he perdido el miedo y puedo ver más allá”,   “luego de vivir ésto puedo ver el horizonte y permitirme

Las olas en la orilla...

  Qué tranquilidad puede generar el sonido de las olas del mar. Éstas que vienen y se van. Ese sonido constante, ese ritmo que no acaba nunca, visitando la costa, mojando la tierra, suavizando las rocas. Es un regalo hermoso poder valorar lo que van haciendo los siglos y milenios con aquel movimiento que no para y que garantiza la vida y el frescor para tantos. Ritmo del mar que puede unirse al de nuestra respiración, al compás de nuestros pasos, a los movimientos sencillos y grandes que podemos realizar. Sonido, movimiento y ritmo en el que es el agua del mar que visita la tierra, es el océano inacabable que visita la sencillez y debilidad de la arena. Olas del mar inmenso que busca y llama regresado una y otra vez. Mar y océano que puede remitirnos a la visita constante de Dios Amor.  Visita como la de aquel día, cuando Jesús fue por la ribera del mar a buscarlos.  Es como si con este gesto, nos mostrara que con su presencia el límite entre el infinito del cielo y lo concreto de la t

¿Ingenuo o inocente?

  Nada de ingenuo. Todo lo contrario. Qué bien sabías lo que había en el corazón de cada uno, el mal que existía a tu alrededor y la gravedad y misteriosa situación en cada persona. Cómo no ibas a conocer sobre la bondad de unos, la envidia de otros, los juicios y etiquetas asfixiantes, la esclavitud de los pecados de tus discípulos, las historias amargas de muchos, el conflicto de unos, las amarguras de otros. Sabías de la traición de Judas, del abandono de tus apóstoles en esa noche. Comprendías perfectamente la coyuntura política de los judíos y romanos. Sabías del peso y realidad de cada cosa y persona a tu alrededor. Y admirabas también las buenas y escondidas intenciones de unos, la generosidad de otros, los sueños y esperanzas de aquellos y el amor incondicional de muchos. Sabías de las contradicciones en el corazón donde habitaban cosas tan bellas y experiencias tan oscuras. Cómo poder etiquetar de ingenuo al Hombre, el que decide encarnarse para mostrar a cada uno de

13,140

  Fueron aproximadamente 1600 km (83 días de viaje) lo que demoraron los sabios de oriente para llegar a adorar a Jesús. Y la verdad que me es imposible dejar relacionar esta fecha y este camino con el de mi propia historia en mi vida de fraterna y el camino de mi vocación. Cada 6 de enero recuerdo que yo también inicié una bendita aventura. ¡Cumplí 36 años de vivir en comunidad que vienen a ser 13,140 días!  Días y años en los que siempre Jesús me recuerda y anima a ser como estos sabios que se esforzaron tanto por encontrarse con el mismo Misterio de amor hecho Hombre. Hoy con un corazón agradecido y animado a buscarlo cada vez más, les quería compartir algunas meditaciones muy simples que el Espíritu me mostró. Espero que nos ayude a caminar con fidelidad para encontrar la felicidad que tanto anhelamos. ·          Lo primero que me despierta este pasaje es la búsqueda sincera que tuvieron. Eran hombres sabios, ricos, con muchas comodidades. Tal vez tenían lo que muchas persona