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13,140

 



Fueron aproximadamente 1600 km (83 días de viaje) lo que demoraron los sabios de oriente para llegar a adorar a Jesús. Y la verdad que me es imposible dejar relacionar esta fecha y este camino con el de mi propia historia en mi vida de fraterna y el camino de mi vocación.

Cada 6 de enero recuerdo que yo también inicié una bendita aventura. ¡Cumplí 36 años de vivir en comunidad que vienen a ser 13,140 días!  Días y años en los que siempre Jesús me recuerda y anima a ser como estos sabios que se esforzaron tanto por encontrarse con el mismo Misterio de amor hecho Hombre.

Hoy con un corazón agradecido y animado a buscarlo cada vez más, les quería compartir algunas meditaciones muy simples que el Espíritu me mostró. Espero que nos ayude a caminar con fidelidad para encontrar la felicidad que tanto anhelamos.

·         Lo primero que me despierta este pasaje es la búsqueda sincera que tuvieron. Eran hombres sabios, ricos, con muchas comodidades. Tal vez tenían lo que muchas personas quisieran tener como meta para sus vidas. Y sin embargo teniendo todo ello, nos muestran que un corazón busca más.

Un corazón como el de las aguas cristalinas y frescas que pueden serlo porque se mueven y circulan. Aguas no estancadas que con en correr y mover de sus días pueden ser saludables y frescas para renovar el oxígeno y la melodía de sus gotas y sus libres caídas. Aguas que además pueden refrescar a los demás.

Busquemos vivir así y escuchemos las verdaderas necesidades que tiene nuestro espíritu. Un espíritu humano que por su propia naturaleza busca y quiere siempre más. Un espíritu que no se contenta con lo inmediato, con lo material y lo emocional. Un espíritu que necesita de lo eterno, de lo perenne y el infinito que tiene por esencia el mismo amor.

·         En segundo lugar, tomé un poco más de conciencia en todo aquello que hicieron los sabios para preparar el camino. Implicaba una decisión firme para arriesgarse y para renunciar a lo que fuera necesario. Decisión que implicaba preparar el corazón para el largo e incierto camino. Alistar un ligero equipaje con lo más indispensable pues los más ligeros son los que llegan más lejos y más rápido.

Y pienso en tantas decisiones que tú y yo hemos tomado en el camino de la vida. Esas nuevas propuestas, esos retos que Dios nos ofrece, esas decisiones para ser mejores personas, esos cambios de rumbo, esos momentos de reconciliación y perdón con los nuestros, ese asumir las nuevas experiencias en el ciclo de nuestra vida y familia. Y todo ello será una bendición si es con una conciencia que habrán dificultades, pero habrá siempre la ayuda firme y fuerte de Dios que tanto nos ama.




·         Vienen luego estos 1800 km de camino. Viene la puesta en acción. Camino con momentos fáciles, alegres, de bajada y frescor. Y otros de dificultades, de desánimo, de tentación, de temores o desconfianzas. Camino con consolaciones, con momentos de crisis y momentos oscuros. Camino de desierto, de oasis y de vacíos. Camino que nos va fortaleciendo y definitivamente haciéndonos madurar. Porque queda claro que los sabios que se encontraron con Jesús aquel día, son muy distintos a los que iniciaron ese camino.

Hoy con libertad retrocedamos el tiempo y recordemos cómo éramos antes de iniciar alguna de nuestras invalorables aventuras. Cómo iniciamos y cómo somos ahora. Estoy convencida que así como mi corazón sólo busca darle gracias a Dios por todo lo vivido: sea bueno, fuerte, doloroso o exigente; cada uno de nosotros tendrá muchas razones para hacer lo mismo.

·         Meditaba también cómo estos sabios se impulsaron por la estrella, pero tuvieron la humildad de preguntar. Sea entre ellos o buscando al rey. Preguntas necesarias. Pero preguntas donde la última respuesta no la tienen los hombres sino Dios. Preguntas por las cuales pudieron llegar a Belén, pero respuestas de Dios por las cuales regresaron por otro camino para proteger a nuestro Rey recién nacido.

Dejémonos ayudar, abramos el corazón para reconocer nuestra vulnerabilidad, nuestras inquietudes y preguntas. Pero siempre estemos abiertos a reconocer que la última palabra estará en nuestra conciencia y la voz clara de Dios en nuestro camino.

·         Y qué hermosa e indescriptible pudo ser la experiencia de estos sabios al encontrar a esta Estrella más grande en forma de alguien tan pequeño, pobre, y frágil. Cómo habrá sido la experiencia de estos hombres tan ricos, sabios y adultos cayendo de rodillas ante un recién nacido que en lugar de eruditas palabras les ofreció el llanto de frío y de hambre.

Qué importante es dejarnos sorprender por el Rey de reyes, que toma la forma de un niño, que se muestra en la búsqueda de nuestro corazón, en los acontecimientos indescriptibles de nuestra historia y de tantas formas por las cuales se nos manifiesta una y otra vez.

 

Madre buena, así como supiste mostrar a tu Hijo a los sabios de oriente, te pido este bendito y cotidiano encuentro con Él pueda compartirlo y mostrarlo a los demás para que también se encuentren con el Rey de nuestra vida.

 

Madre

¿Qué busca mi vida este tiempo?

¿Qué decisiones necesito tomar para esta aventura?

¿Qué necesita el equipaje de mi viaje hacia Él?

¿Cómo va mi camino?

¿Cómo comparto mi amor con los demás?

Solo te pido que pueda ofrecerle todo: mis anhelos de buscar a Dios como se muestra en el incienso, mi deseo de tenerle como el Rey de mi vida como en el oro y mi fragilidad humana como se expresa en la mirra.

Que hayan 13,140 días y meses más para amarle y adorarle con toda mi alma.

Amén

 


Comentarios

  1. Que bello testimonio, que Bendición recorrer este vericueto que tomó bastante tiempo para que perseverando aún frente a circunstancias sumamente difíciles permitió llegar a la meta y contemplar la dulzura del Niño DIOS.

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  2. Tu reflexión complementa el tesoro que contiene la búsqueda de los Magos. He escuchado homilías y leído reflexiones sobre el mismo tema. Recordé lo escrito por Ratzinger. Es inagotable.

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  3. Magali linda, profunda y estimulante meditación. Muchísimas gracias. Permaneces en mi corazón.!

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  4. Dios te bendiga siempre Magali, gracias por darnos a conocer con tanta dulzura tu experiencia de vida

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