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Mostrando entradas de marzo, 2023

Buenos amigos

  Qué cercanos eran Lázaro, Marta y María para Jesús. Y qué bonito leer sus historias. Con hechos milagrosos como éste, junto a otros de la vida cotidiana que hasta nos cuenta una “pelea” entre Marta y María. Pasajes que confirman que evidentemetne no fueron solo discípulos, sino personas de mucha confianza y muy amigos de Jesús. Como estarán pasándola con Él en el cielo…             Y al rezar este Evangelio, me conmovió especialmente el encuentro que se dio luego de la muerte del hermano. Un encuentro de mucho cariño y de esos reclamos que solo se hace a alguien cercano. Un encuentro en el que hay lágrimas de las hermanas, de los amigos y del mismo Jesús.             Encuentro en el que me dejó resonando el pedido tan fuerte y difícil que Jesús les hace al llorar frente a la tumba: pedir que abran la loza, y en el que Marta con toda confianza le recomienda no hacer eso, porque luego de 4 días ya “huele mal”. La hermana que está de duelo y con profundo dolor, le habla con libertad

Revolución

  ¿Qué significa este concepto? Es un “Cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras”. Y el Evangelio de este domingo que narra la historia de la curación del ciego de nacimiento, me llevó a pensar en una experiencia semejante. Veo a Jesús causando una revolución en su vida, como en la vida de los que le rodeaban. No es una historia sobre un encuentro escondido entre dos personas, sino que es un pasaje que particularmente muestra muchas personas que se asombran y cuestionan ante el milagro que Jesús hizo. Revoluciones interiores en la vida de cada uno de ellos que nos pueden llevar a evocar las que Él ocasiona en nuestro camino.   Revolución, cuando Jesús viene a tocar a este hombre. Gesto con el que irrumpe sobre su vida para que deje de estar sencillamente sentado en su lugar de mendigo, esperando que tengan compasión de él. Gesto con el que el ciego no se siente rechazado sino amado. Revolución porque es despertado del sueño y la oscuridad, para levantar el corazó

Sed y encuentro...

            Cuántas cosas se pueden decir de este encuentro y de esta sed. Les confieso que es uno de esos pasajes que siempre me parece como nuevo. Es una de esas historias que me enseña un aspecto nuevo y bendito de Jesús y del ser humano.             Hoy m e pongo primero en la situación de esta mujer que camina a medio día. Era la hora sexta, la hora más calurosa e iluminada. Es la hora que simboliza el presente inminente de nuestra vida, la hora de mayor conciencia donde el sol ilumina directamente. Y llega a sacar agua del pozo, llega calurosa y también sedienta. Llega cargando los recipientes para ser llenados de agua, como cargando también el peso de lo que parece ser una triste historia de vida. Una mujer que vive con un sexto hombre. Realidad que no me invita tanto al tema moralista, como el comprender su sufrimiento. Para los judíos una mujer nunca es la que abandona su hogar, por lo cual es una mujer que fue 5 veces dejada. Una mujer que debió tener una experiencia de fr

Sin palabras...

  Hay experiencias fuertes y hondas que pueden dejarnos sin palabras, nos dejan como mudos. Cuando algo bueno nos marca tanto, que es mejor no categorizarlo, porque es como que las palabras no buscan salir, sino ir hacia dentro, más y más… Creo que los misterios verdaderos es mejor no contarlos ni describirlos. Ellos marcan la vida, hablan solos y hablan en silencio.  Los misterios del espíritu pueden hasta generar miedo, porque es un asombro indescriptible que sobrepasa nuestra mente y más aún el corazón. Da la sensación que quiere ponerse en nuestras frágiles manos para ser sostenidos, pero son tan indescriptiblemente bellos que tememos que se quiebren o no seamos capaces de resisitir el peso de su grandeza… Los misterios es mejor dejarlos así, en silencio y paz… Creo que de alguna manera es eso lo que ocurrió en el relato de este domingo, en el que Jesús se llevó a Pedro, Santiago y Juan para mostrarse transfigurado. Los lleva a un monte, al monte Tabor, y muestra su divinidad