Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida.
Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...
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¿Qué la hace valiosa?
Cuando era niña me gustaba ver cómo se arreglaba mi mamá
y cómo se iba probando diversas joyas que guardaba en el cofre. Me ponía a su
lado frente al espejo para pedirle que me las enseñe.
Las joyas son
ornamentos que al usarlos pueden expresar la ocasión importante en la que
estamos o enaltecer la belleza de lo que tiene esa persona. Generalmente se les
da más atención a éstas de oro, de piedras preciosas o las que se pulen para
sacar brillo. Pero en realidad para cada persona la joya guarda un valor
simbólico también.
De todas éstas,
la perla me ha llamado siempre la atención. Y tiene además un misterio y
encanto particular para ser formada.
Cuando algún
tipo de organismo, aunque sea un grano de arena, se introduce en la concha de
una ostra, ésta para protegerse del invasor, comienza a recubrir el objeto
con nácar o madreperla (el mismo material que recubre la capa interna
de su caparazón). Y este proceso lo repite hasta que tome el brillo y la forma
de una perla.
Me llamó la atención también al leer un poco sobre ésto, que las perlas cultivadas y las perlas naturales se forman de distinta manera. Las primeras reciben este objeto extraño pero intencionalmente por el ser humano para que se produzcan estas perlas. Las naturales en cambio, son las que accidentalmente recibieron este objeto y así la perla se formó naturalmente. Obviamente estas últimas tienen más valor.
Gracias Muy profunda Reflexión!!!
ResponderEliminarLimpia mi perla Señor, Tu me la diste,. quiero que estés siempre ahí.
ResponderEliminarGracias por llevarnos a entender la palabra de Dios con la cotidianidad y la vida sencilla. Bendiciones para ti.
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