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En medio...

 




Y aunque es todo un misterio y una explicación teológica, hoy quería sencillamente dar gracias a Dios por no solo revelarnos su intimidad, sino por permitir que tú y yo participemos de él, estando en medio de la Trinidad. Tener el privilegio de estar en medio de esta divina relación, recibiendo y contemplando el mismo amor.

Somos herederos y, por deseo de Dios, recibimos la posibilidad de llevar en nuestro espíritu ese sello y esa huella trinitaria del amor de Dios. Una huella que evocamos cuando, de una u otra manera, experimentamos el encuentro y el amor humano entre nosotros. Algo así como tener un eco o una réplica de este amor infinito del Padre con el Hijo, que se refleja en las experiencias de encuentro y amor que compartimos con quienes amamos.

Tal vez por eso, recuerdos tan sencillos y profundos como el sentirme amada en medio de mis papás pueden evocar la huella del amor de la Trinidad que he heredado. Y si es así, que cada ocasión de encuentro, entrega, ternura y fidelidad sea una oportunidad para contemplar el reflejo del amor de Dios, que es uno y trino. Ese misterio que tu y yo tenemos la bendición de vivir todos los días de nuestra existencia.

Démosle gracias a Dios por heredar este sello trinitario, esta capacidad de entrega y amor que nos realiza tanto y hace que nuestra vida tenga un camino hacia la eternidad.

Y hoy, al coincidir este tema tan importante con el Día del Padre, podamos también dar gracias a nuestros padres por habernos amado tanto y por reflejarnos el amor de Dios Padre desde la experiencia de entrega y generosidad que nos han sabido dar.

Comentarios

  1. Armando Cartosciello15 de junio de 2025, 20:11

    Grarcias hermana.

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  2. Gracias Magali x tu reflexión, la Santísima Trinidad nos envuelve con su Amor.

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