Había
un piano en mi casa. Y desde niña, tengo un vivo recuerdo con mi mamá. Tocaba y
me entonaba una canción, que aprendí a cantarla con ella. La letra
decía así:
“Cuando yo era
chiquitita, dije a mi madre ¿Qué habré de ser?
¿Seré bonita? ¿Seré
feliz?
Y ella me dijo así…
QUE SERÁ SERÁ,
SERÁ LO QUE HABRÁ DE
SER,
EL FUTURO NO PUEDES
VER,
QUÉ SERÁ SERÁ…”
Me emocionaba mucho al
preguntarme cómo sería yo cuando sea mayor…
Han
pasado más de 50 años, y aun cuando la veo, recuerdo esa honda y tierna
experiencia que aún albergo en mi corazón. Más de una vez hemos soñado,
reflexionado y reído juntas por muchas cosas. Hoy reconozco con gratitud que somos madre e hija, y somos a la vez dos grandes amigas…
Ella
ha envejecido conservando siempre su ternura, su linda sonrisa, sus ocurrencias
tan inteligentes y esa mirada que atraviesa el alma cuando aún sin recordar del
todo quién soy, me mira con tanto amor y dulzura.
Hoy
te quiero decir querida mamá, que tengo respuestas a las preguntas de esta canción.
El futuro es un bello presente. Soy feliz, sigo el bendito camino que
Dios me tenía preparado y tengo demasiados regalos en mi vida. Y ésto en gran
parte te lo debo a ti…
Santa Teresita
del Niño Jesús decía: “La obra maestra más hermosa del corazón de Dios es el corazón
de una madre”. Y convencida de ello, le doy gracias a Dios por habérmela dado de
regalo y de modelo para tantas cosas…
Y
hoy me alegra que coincida este día de la madre con la solemnidad de la
Asención de Jesús. Día para tomar conciencia que hay una verdad
que lo cambia todo: el cielo.
Jesús
Resucitado va al cielo para
prepararnos un lugar, para abrirnos las puertas de la eternidad.
Y
¿Saben? Algo que particularmente no quiero olvidar, es que el día que Dios nos
llame podremos llegar al cielo si es que lo deseamos y lo vamos
logrando con su ayuda y gracia. Pero esta verdad va de la mano con otra: el
cielo empieza aquí en la tierra. Empieza cuando vemos tantos signos y tantos como
“spoillers” de lo que hemos de vivir allá. Ese tener el
corazón y la esperanza puesta en el cielo, pero pisando conscientemente esta tierra…
Y
estoy convencida que uno de esos signos y adelantos del cielo, es el abrazo y
presencia de nuestra madre que con su amor, sacrificios y ternuras nos muestran
de forma tan concreta cómo es el corazón de Dios.
Hoy
los animo a darle gracias a Dios por el regalo de tener una madre, sea gozándola
aún en la tierra, sea intercediendo por nosotros en el
cielo. Y agradezcamos este regalo con una forma particular: Con el compromiso
sincero y maduro de esforzarnos día a día para ganarnos el cielo y para empezar
el cielo aquí en la tierra cuando lo damos todo, cuando nos entregamos con
todo, y cuando respondemos a lo que Jesús también nos invita el día de hoy con
esas las últimas palabras que dijo en el Evangelio antes de ir al cielo:
“Id
por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” Mc.
16,15
Un
feliz día de la madre y gracias por ser ustedes un adelanto del cielo para sus hijos.
Cuanta verdad en el relato.
ResponderEliminarMuchísimas gracias querida hermana hermoso tu testimonio.
EliminarYo también recuerdo esa linda letra 🙏❤
Que bello, me emocioné. Gracias!
ResponderEliminarMagaly siempre nos alienta a dar más y nos levanta la vara. Gracias Maga!
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