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Mostrando entradas de octubre, 2020

Las bisagras

  Estos días viendo arreglos que han estado haciendo en mi casa, me llamó la atención lo importante que son las bisagras en las puertas. No son tan grandes, pero pueden sostener maderas pesadas y grandes. Las bisagras se componen de dos lados iguales, que se deben pegar bien con tornillos sobre las maderas o las piezas a unir para que no se caigan. Pero éstas no funcionan si no tienen un eje central que permite que se unan y giren de lado a lado. Una buena bisagra es flexible y eso se da desde el eje… Les parecerá absurdo y no hay punto de comparación, pero la verdad que me remitieron a pensar en lo que Jesús nos pide: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Trasponiendo ésto, me imagino que el eje central es el amor de Dios y a Dios. Sin este amor no se puede dar esta unión. El amor de Dios es lo que puede dar forma a todo, es lo que da solidez y esencia a cada uno de nosotros. Sin su amor, sin tener una relación con Él, las cosas se diluyen. Y en la metáf...

Las medidas exactas...

Cuando enseñaba en colegio, me llamaba la atención la angustia que tenían varios de mis alumnos cuando preguntaban sobre lo que estaba bien o mal. Había esa típica pregunta que empezaba con la frase: “¿Hasta qué punto puedo o no debo hacer ésto…?”. Eran preguntas sinceras de un niño o adolescente que forma su conciencia buscando hacer lo mejor. Pero hemos de sincerarnos que son preguntas que muchos las tenemos aún en nuestro interior. Esas en las que buscamos saber el límite, para controlar y tener las medidas o recetas exactas de nuestras acciones. Y creo que cuando uno crece habituándose a tomar decisiones de esa manera, termina llenándose la mente de escrúpulos y el corazón de angustias innecesarias. Los escrúpulos tienen distintas definiciones. Una de ellas que me parece interesante dice: “Exactitud o rigor en el cumplimiento del deber o en la realización de algo”. RAE Éstos pueden llenarnos de inseguridades, legalismo...

Las invitaciones

Cuando iba a cumplir 15 años, mis papás me dijeron que elija entre hacer una fiesta o un viaje. Yo sin dudar elegí la fiesta. ¡Había soñado desde antes con hacerla! Me emocionaba bailar con mi papá el típico vals, para luego divertirme mucho. Fue lindo elegir con mis amigos la lista de canciones y otros detalles. Pero me acuerdo que fue todo un dilema limitar la lista de invitados y repartir las tarjetas, porque tenía más personas que la capacidad de invitados que podrían entrar ese día. Al final lo hice y la pasé muy bien. Ahora que meditaba en la parábola de este domingo, me acordé lo difícil que es elegir a quiénes invitar y tener que esperar la respuesta para aprovechar lo mejor posible. Esta es la historia de un rey, que celebra la boda de su hijo. Un padre, que por ser quien es, puede ofrecer la mejor fiesta del reino, la mejor música, los mejores manjares y bebidas. ¿Quién quisiera desaprovechar una fiesta como ésta que en esa época además duraba una semana? Celebración a la que...

¿Quién es el dueño?

Tiene 8 años, muy inteligente, con una personalidad que conquista y engancha, líder y muy persuasivo. Es un niño especial de quien me contaron hace pocos días que cuando se presenta, dice que “tiene dos casas en Lima, dos en Arequipa, una en Nueva York y una en la Playa”. En realidad son las de sus papás, abuelos y tíos. Pero es gracioso cómo asume que con estar en ellas o por ser de alguien cercano, ya es su propiedad. Nos causa risa y ternura sabiendo que viene de un niño. Pero al pensar que los adultos a veces nos creemos dueños o autores de lo que no es nuestro, me recordó lo que Jesús nos enseña este domingo. Es una parábola dolorosa, contada por Jesús. Pero que grafica lo que puede pasarnos a ti y a mí. La historia empieza así :   "Había un   propietario  que  plantó  una  viña , la  rodeó con una cerca , cavó en ella  un lagar ,  construyó la casa del guarda , la  arrendó a unos labradores  y se  marchó de viaje”. ...