Creo
que no soy la única que a raíz de esta pandemia, ha dejado entrar muchas
preguntas que vienen a la mente y corazón. Es un tiempo en el que ver la
enfermedad o incluso la muerte de seres queridos nos ha llevado a la sincera pregunta sobre lo esencial de nuestra vida y sobre la razón de ser de lo que hacemos.
Pude
ver de cerca el ejemplo de personas de oro, que ante el dolor, supieron aliviarlo y salir fortalecidos por
confiar en Alguien real que camina a su
lado y les promete la felicidad y la vida plena más allá de las
pruebas y el dolor.
Creo por ello, que en lugar de negociar o pelear con la realidad para muchos de no poder salir
de nuestras casas en esta Semana Santa, podríamos aprovechar este tiempo para
entrar con mayor razón en nuestros corazones para sincerarnos y reconocer que
la vida sin Dios es difícil y frustrante.
Semana
para asombrarnos nuevamente con el saber que existe Alguien que nos ama tanto,
que siendo Dios, fue capaz de hacerse Hombre, sufrir como Hombre, morir y
resucitar para darnos una vida plena. Ésto es algo que no terminaremos de
comprender, pero a pesar de ello es una certeza que nos puede dar una honda seguridad.
Les
animo a vivir esta Semana Santa con la certeza de que la muerte y la
enfermedad no tienen la última palabra. Que el amor, la vida eterna y
nuestro espíritu es lo único que nunca dejará de existir.
Tengo
mucho entusiasmo de vivirla de la mano de María, quien comprende mejor que
nadie lo que late en el corazón de Jesús. Una Madre que no sólo vio crucificar
a su Hijo, sino que tuvo tal comunión, que fue crucificada juntamente con Él.
Les dejo esta oración que fui escribiendo mientras le decía a María lo que espero vivir y comprender un poquito más. Espero que ésta les ayude un poco a disponerse para ahondar en los misterios que viviremos estos días.
Aunque
mi mirada y mi mente sea tan limitada
lejana
de verdad o de auténtica lectura,
si voy
de tu mano mi Madre amada
percibo
tu real ayuda, tu guía y tu compañía.
Quién
mejor que tú para comprender este misterio
donde
surgen tantas preguntas, temores y dudas
donde
el sufrimiento libre y generoso de tu Hijo
me ha
regalado la Vida eterna y la plenitud prometida.
Una
semana más para ahondar esta historia
que
inicia en un borrico, donde tu Hijo montado
entra libremente a la ciudad de las profecías
entregándose abiertamente, hablando la verdad,
aunque cueste, aunque muera.
Y
montado en este burro como dicen los profetas
es aclamado por el pueblo
por
los que vieron sus signos
admirados
por unos, rechazados por otros.
Pueblo que grita Hossana
a este Hijo de David,
pueblo que días más tarde aclama su muerte
y pide sentencia.
Domingo de Ramos que me recuerda
mi corazón contradictorio y cambiante
cuando sólo se queda en lo externo,
en la bulla o lo que opinan.
Domingo
en el que pido ser el borrico
para
escuchar las alabanzas y palmas
sabiendo que es a tu Hijo
a quien se le deben las gracias.
Semana
sucedida con pasajes y experiencias
donde
tu Hijo me recuerda
el
valor de la verdad, de la coherencia y la firmeza
para
vivir lo que se cree y amar lo importante.
Semana
en la que María de Betania le adora entregando sus riquezas
o en
la que con ira santa Él nos recuerda el valor del Templo.
Semana
en la que la envidia o la rabia de los que se creen seguros
quieren
callar sus palabras y presencia inminente.
Semana con este Jueves
que
nos recuerda con su ejemplo
lo que
es el servicio y la entrega.
Jueves
dejándonos el Pan bendito
que
nos da la vida, que nos da la fuerza
para
caminar juntos, para perseverar siempre.
Jueves para darle gracias
por comprender nuestra hambre
éste de gracia divina y de verdad eterna
éste de amor verdadero y de presencia eterna.
Jueves
de angustia y soledad
por
ser vendido y traicionado
por esta tristeza de muerte
por esa tentación tan fuerte
de la ausencia del Padre.
Jueves de opción de amor
hasta el extremo dado,
de este hágase de Hijo
que bebiendo el cáliz
asumirá mis culpas
desde el juicio injusto
en esa noche tan dura.
Noche de angustia de ese Jueves
en que vas viendo Madre amorosa
que la injusticia con tu Hijo
ya se
viene, ya ha empezado.
Viernes
de tanto pecado, en la sentencia injusta
y en la inconciencia de este pueblo
manipulado por dinero y por inexplicables decisiones.
Viernes
en el que abrazas la Cruz
la de
mis muchos pecados
la de mi rescate tan amado
poniendo todos los delitos
en su
Cuerpo tan herido, llagado y humillado.
Viernes
de camino firme al Gólgota
sin
dudas y consolando
a las
mujeres, a la Verónica
a mis
historias
y a tu
dolor inmaculado.
Viernes en el que elevándose su Cruz
y tú a
sus pies clavada
me
enseñan cuánto se aman
y esta
herencia que he recibido
al
tenerte como Madre.
Viernes
de misericordia
y del
perdón infinito
en el
que no hay pecador
ni hay
dolor extremo
que no
sienta compañía
de tu
Hijo muy unido, muy a nuestro lado.
Y de
este Sábado silente
donde
la muerte y el recuerdo
late
en tu memoria, en tu pecho y en tu sangre
pues
tu Hijo no está presente, sino encerrado
en la
tumba y en lo oscuro
de la
muerte clara y fuerte.
Sábado
de nuestras vidas
cuando
hay desiertos y dolores
que a
tu lado María
pueden ser llevados
con esperanza
ésta tan tuya que nos has enseñado.
Y llega la Noche santa,
esta noche bendita
ésta
en la madrugada
del
primer día de la semana
cuando
el Sol radiante muerto y enterrado
renace
a la vida eterna
a la
que somos rescatados.
Noche
bendita e infinita
cuando
ya no hay cadenas, dolores ni pecados
que no puedan ser vencidos
ni por la muerte ni por el llanto.
Esta
noche que se prolonga
más de
50 días, más de millones de años
porque nos salva para siempre
para el cielo, para la vida eterna.
Misterio
de amor y de infinito
misterio
de plenitud y divinidad
donde
lo frágil y limitado de toda nuestra humanidad
se cura y se eleva
por tu
Hijo encarnado
que
nos alivia y que nos salva
para
ser felices hoy, aquí y para siempre.
Solo
te pido entonces Madre
enseñarnos
desde tu mirada
a leer nuestra historia,
nuestra vida y nuestros cantos
con tu ternura, tu fe
y tu maternal esperanza
guardando un verdadero silencio
para
acoger hoy y siempre
la
dicha y plenitud regalada
que tu Hijo, mi Amado,
con amor gratuito nos ha dado.
AMEN
Me encanta muy hermosa meditación
ResponderEliminarBella me encanto de profunda reflexión. 🙏😘
ResponderEliminarQuerida Magali: Muchas gracias por tu compartir tan profundo y motivador ,tan lleno de Fe y Amor ! Dios te Bendiga.
ResponderEliminarQuerida Magali que bella y profunda reflexión, lo abarca todo y nos ayuda muchísimo a reflexionar en la importancia de la semana Santa.
ResponderEliminarGracias Magali.