Una noche, venía manejando de regreso a casa y estaba muy agotada. Cuando en una zona de poco tráfico, me ocurrió algo que nunca imaginé: ¡Me quedé dormida! Y hoy que lo recuerdo, tomo más conciencia que podría no estar escribiéndoles esta historia por estar ya en la otra vida… Lo cierto, es que unas veces, podemos quedarnos dormidos por cansancio, cuando éste nos gana sin poder permanecer vigilantes. Otras veces, puede ser inducido por medicación o anestesia. Y otras, sencillamente atravesamos por el natural y necesario proceso de tener un sueño reparador para nuestra salud. Pero existe también el sueño definitivo, del que no despertamos cuando toca dejar este mundo. Momento que nadie puede vivir por nosotros, en el que podemos estar rodeados de amor y compañía, pero sabiendo que nos tocará atravesarlo solos. Este sueño definitivo, es un misterio que siempre conmociona, que ocasiona un miedo muy humano y comprensible. Experiencia de paz y ...
Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida. Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...