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Mostrando entradas de agosto, 2021

Descontaminarnos...

  La contaminación  se da cuando al entorno ingresan elementos que normalmente no deberían estar afectando el equilibrio. Sustancias que no pertenecen a ese ambiente e impiden el crecimiento y vida de lo bueno y sano. Algo antinatural.   ¿Cómo podríamos trasladar esta figura a nuestra realidad humana? Sería buscar qué es aquello que al estar en nuestra vida nos hace menos personas. Buscar lo que va en contra de nuestro bienestar, de nuestra salud, de nuestra felicidad. Aquello que impide que crezcamos y seamos mejores personas.   Pero a diferencia de las plantas, animales u otros seres vivos, lo externo no nos determina pues lo que realmente hace daño se origina en el interior cuando tomamos decisiones que van en contra de nosotros.   Puede haber factores externos que nos hacen daño, historias de vida dolorosas, sufrimientos y situaciones de vida muy adversas en la historia de una persona. Elementos que influyen y afectan mucho. Pero tengamos claro que un ...

Refugio

  Una palabra que es sinónimo de asilo, acogida o  amparo. Pero   también de un  lugar para huir del peligro. Término que todos usamos de una u otra manera. Refugio para protegernos de este virus, para protegernos del mal clima o desastres naturales. El que necesitamos cuando percibimos el daño inminente o para defendernos de aquello que puede atentar contra nuestros bienes o nuestra integridad. Una palabra que explicita lo que todo ser humano necesita de una u otra manera: ese lugar seguro, que nos protege y nos resguarda de la muerte, del dolor innecesario o de tantas experiencias inhumanas que no estamos llamados a vivir. Necesidad tan nuestra de sentirnos protegidos. El que tiene un soldado en la guerra, un hambriento sin techo o un pequeño ante las amenazas de otros más grandes. Y entonces, si nos ponemos a pensar, muchas de nuestras decisiones y opciones pueden ir en función de aquello que nos da seguridad y tranquilidad. Resguardos muy válidos. Esos que ...

Contigo elevo la mirada...

  Hay personas en este mundo que nos miran con amor y reverencia, con respeto y gozo, que al encontrarse con nosotros nos llenan el día de alegría y esperanza más allá de las dificultades de la vida. Esas personas que sin dejar de vernos con amor y mucho realismo en la tierra tienen la mirada del espíritu puesta siempre en el horizonte.  Aquellas personas que caminan en la tierra pisando, traspasando las piedras y dificultades con responsabilidad y esfuerzo. Pero que, a pesar de ver la maldad y las verdaderas intenciones de muchos corazones, no dejan de amar la humanidad y ver lo mejor de cada uno.  Esas personas maravillosas que vivan lo que vivan, no dejan de tener los ojos del espíritu puestos en la eternidad y el cielo prometido. Y allí radica su fortaleza... Si eso podemos experimentar y tanto bien nos hacen, ¿Podemos imaginarnos cómo habrá sido lo que se vivió junto a la misma María? ¿Cómo era con los apóstoles? ¿Cómo consoló a Pedro luego de negar 3 veces? ¿Cómo an...

Levántate

  Fue un hombre bueno y fiel. Valiente y consecuente con la verdad que enseñaba, a pesar de tener 400 hombres en su contra. Habló de Dios con su vida y palabras mostrando hasta con milagros que el de Israel era el Dios verdadero. Fue testigo de la obra y presencia fuerte de Dios, a quien le hablaba claramente. Un instrumento de Dios y un hombre de fe. Pero un día al recibir la amenaza de muerte de una mujer poderosa, se dejó llevar por el miedo, decidió esconderse y huir al desierto… Huyó físicamente, pero también le brotó un desierto interior. Parece haberse olvidado tantas muestras del poder de Dios siendo incluso testigo de milagros. Y Elías no fue capaz de sobreponerse. Le ganó el desánimo, la tristeza, la impaciencia y el miedo. Sintió que ya no podía seguir adelante y hasta deseó la muerte. Y así rendido, se quedó dormido bajo un árbol ¿No será que podemos identificarnos con él en más de una situación? Sentirnos también amenazados de distintas maneras. La de un futuro...