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Mostrando entradas de septiembre, 2021

Como agua fresca...

  Hace unos días tenía mucha sed y encontré en el frigider una jarra con agua de piña. Me serví un vaso, pero al beberla, la sentí ya fermentada. Me serví uno de agua, y me fue mejor. Me quedé entonces pensando cómo la sed no se calma sólo con algo frío y aparentemente rico, sino que es mejor con el agua fresca. Pensaba que el agua es un elemento muy importante y no podemos prescindir de ella. Pero que, si ésta se queda estancada en una jarra por horas y días sin ser consumida, no ocasiona la misma experiencia de aquella que está fresca y nueva. Agua que, al beberla, aunque venga de la misma fuente, es como que alivia mejor nuestra sed, y hasta puede darnos la sensación de un sabor diferente y mejor. ¿Les pasa lo mismo? Fue una experiencia que me llevó a pensar lo que ocurre cuando tenemos una vida estancada o rutinizada, en la que no solemos hacer un alto para reflexionar y retomar decisiones auténticas para mejorar hasta el sabor de nuestra vida. Decisiones que no necesaria...

A las escondidas...

    ¡Cómo me gustaba este juego! Sea en el colegio o en mi barrio de la calle Codornices. Era divertido cuando siendo varios, teníamos el reto de ubicarnos en un lugar para pasar desapercibidos. Era emocionante lograr no ser encontrada para luego llegar al lugar central para salvarme o incluso poder decir la famosa frase: “¡Ampay me salvo y salvo a todos mis compañeros!”. Valía la pena entonces haber pasado un buen tiempo invisible pasando incomodidad, frío o cansancio.  Me vino a la mente este lindo recuerdo cuando rezaba el Evangelio de este domingo. Un pasaje en el que Jesús nos da una enseñanza muy importante y un increíble ejemplo de paciencia. Imaginemos a Jesús con sus apóstoles en camino, cuando les anunció por tercera vez que iba a morir y resucitar… Algo que les era difícil de aceptar y comprender. Anuncio en el que no recibió de sus amigos ningún comentario o respuesta. Sólo se sabe que había miedo de preguntarle y hablar sobre el tema. Una actitud que po...

Más allá de la Resiliencia …

  Tengo una amiga que hace tiempo me pidió que escribiera sobre esta virtud tan importante, esta que se construye con tiempo y decisión. Esta capacidad de  recuperarse frente a la adversidad. Algo muy admirable que refleja la fortaleza interior de una persona cuando se mantiene firme aprendiendo cada vez más cómo sobreponerse y dar lo mejor de si ante los retos y obstáculos de la vida. Una capacidad muy valiosa en este tiempo que vivimos llevándonos a admirar personas ejemplares que la encarnan.   Pero hoy que rezaba en el Evangelio del domingo, me convencí de algo: Que, sin descalificar esta importante cualidad, creo que nuestra humanidad nos grita que ésta se vive con algo que va más allá...   Marcos nos narra que luego que Jesús fue reconocido por Pedro como el Mesías, habló con un lenguaje fuerte y claro para anunciarles que iba a sufrir mucho, ser rechazado, asesinado y resucitar. Una noticia muy difícil que no fue comprendida, que causó temor y que le...

Escuchando la vida...

“Es difícil. Se sufre bastante.  Hay mucha discriminación y burlas. Hablan a tus espaldas. Actúan como si tuvieras un bajo nivel intelectual”. “Puede que te de vergüenza o miedo no saber lo que te dicen o no poder expresarte para que ellos también te comprendan”. Estos, son testimonios de personas sordas. Un sufrimiento auténtico del que no son responsables. Condición de vida que lleva a vivir un tipo muy particular de soledad. Entonces, dan ganas de agradecer el regalo del oído, que nos puede llevar a gozar de las notas, sonidos de la naturaleza, la risa de un niño, el movimiento de las cosas, el ritmo de la música, la variedad de volúmenes o la intensidad de decibeles. Ese regalo de poder escuchar la voz de los que amamos, las emociones que se transmiten en la forma de hablar, los códigos sonoros entre los nuestros. Todo un universo que podemos percibir. Y junto a ello, el poder hablar y emitir nuestros propios sonidos, el poder gritar, cantar o imitar el de otros. Ese pode...