Tengo un cofre muy
especial, regalo de mi abuelita. Hecho con paciencia y cariño al armar
como rompecabezas cáscaras de huevo pegadas sobre madera. Desde hace mucho tiempo
lo tengo en mi oratorio con reliquias de santos y algún otro símbolo muy
importante de mi vida.
Y estos días, la figura
de Jesús puesto sobre un pesebre, y sobre pajas me ha resonado mucho.
Entonces me vino la
idea de dejar mi Niño Jesús reposando sobre este baúl abierto, para que simbólicamente las pajitas sean
estos hombres y mujeres santos que amaron tanto a Dios y pasaron tantas Navidades junto a Él.
Y ver a Jesús naciendo
sobre este “pesebre de santos”, no me hizo cambiar la figura del pesebre de
Navidad, sino que me llevó a pensar que así quiero vivir cada día y
no sólo cada Navidad.
Jesús quiere que tú y yo abramos nuestros cofres, estos de sueños, anhelos y hambre de amor. Que abramos el cofre de nuestra interioridad, de nuestras alegrías, el de nuestras fragilidades y problemas, el de nuestros proyectos y necesidades, para que así, hecho tan débil y tierno, nazca y duerma allí.
Hoy quiere nacer y quedarse en tu vida y la mía, de forma tan natural y sin temor, pues ¿Quién puede tener miedo a un Dios que se ha hecho Niño?
¡Feliz Navidad!
Te comparto esta oración que le escribí.
Lc
2, 6-20
_______________
Duermes
y ríes en sus brazos
duermes
en paz y dulzura
duermes
mi Niño también aquí dentro
para
enseñarme a confiar en el Padre.
Duermes
en esta Noche bendita
llena
de paz y esperanza
donde
la creación y los ángeles
cantan
gratitud
por
tus promesas cumplidas.
Y
es que quiero abrirte mi casa
mi
corazón y mi vida
para
que reposes dormido
mi
Niño adorado
para
apagar mis gritos
mis
dudas y llantos
para
cantar conmigo
los
salmos de confianza.
Hoy
no me hablas
con
palabras hondas y fuertes
ni
me dices esos mensajes
que
hacen eco en mi vida.
Hoy
solo duermes y ríes
felizmente
recostado
en
el incómodo pesebre
que
da alimento al ganado
para
que tú lo conviertas luego
en
el alimento amado
el
que nos lleva al cielo que tanto anhelamos.
Hoy
sólo duermes, ríes y lloras de hambre
con
esa fragilidad elegida.
Hoy
mi Niño adorado
me
miras, sonríes e invitas
a
acurrucarme como Tú
en
los brazos de nuestra Madre.
Debilidad
elegida
amor
omnipotente
ternura
infinita
puesta
en mi vida.
Y
es que en este pesebre
se
une tu Si eterno y bendito
con
este mío tan débil.
Se
une tu amor invisible hecho carne
con
mi carne que te busca en lo eterno.
Bendita
fragilidad la mía
porque
permite buscarte y necesitarte tanto
porque
me exige estirar mis manos
para
aferrarme sólo en las tuyas.
Bendita
fragilidad la tuya
expresada
en tu nacimiento misterioso
porque
prefieres buscarme y acercarte
porque
prefieres anonadarte y humillarte
sólo
para estar a mi lado
y
dejar que te bese, te arrulle y te cargue
llenando
de ternura mi corazón y toda mi vida.
Hoy
te busco en este pesebre
de
pajas simples como es mi vida
para
albergarte y abrigarte
pajas
como mis “si”, humanos e incompletos
pero
que se irán fortaleciendo
cada
Navidad y cada día
en
que tú me busques, me llames y te quedes
junto
a mi caminando
riendo
y soñando
AMEN
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