Cuántas cosas pueden pasar en 1 hora, en 10 kilómetros de camino… Y es que me quedé prendida, pensando y preguntándome qué pudo ocurrir en ese último encuentro, ese espacio de tiempo y distancia de Jerusalén a Betania. El último viaje que caminaron con Jesús antes de subir al cielo. Ya pasaron 40 días de tu Resurrección Señor, en los que los apóstoles te vieron vivo, luego de tu muerte. Comieron contigo, comprendieron tus promesas y palabras. Días de gratitud, asombro y conversión. Días en los que ahora ellos quisieron prometerte no volver a alejarse de ti, a quedarse dormidos, negarte o esconderse. Ahora contigo resucitado, quién querría apartarse de ti… Pero ya era el momento de partir. Y Tú como siempre, con amor y paciencia les hablas con la nueva promesa: “Permaneced en la ciudad hasta ser revestidos de poder desde lo alto” Lc 24, 49 hasta la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Y entonces: “Los sacó hasta cerca de Betania y alzando sus manos los bendijo” Lc 4...
Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida. Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...