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De colores...

 



“De colores se visten los campos en la primavera…” Con esta canción que se cantó espontáneamente, acabó la Misa de Acción de gracias por los 90 años de un sacerdote. Me conmovió mucho cómo un grupo grande que le conocen hace décadas, les brotó mostrar su cariño y gratitud de esta manera. Seguramente es un código especial entre ellos. Qué lindo encuentro; muy sentido, con mucha alegría y sobre todo con mucha gratitud por el don de su vida.

Esta es una canción muy sencilla y antigua, que habla de la variedad de colores que alegra todo paisaje, que viste los campos, los pájaros, el arcoíris. Pero al escucharla en ese ambiente, me llevó a pensar que cada persona tiene un color único y especial, que cada relación es única y especial y que el amor de Dios hacia cada uno es único e irrepetible. 

Y este domingo que celebramos a Jesús como Buen Pastor, me remite a este encuentro vivido con este sacerdote que quiero mucho. Me hizo tomar conciencia cómo la vida y amor de una persona que ama a Dios puede expresar su gran deseo de imitarle en todo, también en el buscar ser un buen pastor para los demás. Creo que justamente una de las misiones de un buen pastor como Jesús, es el ayudar a cada persona a que encuentre su verdadero color, que es único y que no debe mimetizarse con otros. 

Un pastor que nos recuerde que es necesario reflejarlo así en la paleta de la humanidad. Ese pastor que pueda animarle a conocer su verdad, su interior y las gracias regaladas por Dios. Un pastor que pueda reflejar la luz del Sol de Justicia, para que su oveja pueda comprender quién es, para que esa luz anime su corazón, caliente su espíritu y le enseñe a reflejar su color único a los demás.



Un pastor que busca que cada oveja no solo mantenga su color, sino que viva en el espacio que le toca y vaya al lugar que se le invita. Un pastor que le enseñe a alimentarse con lo que verdaderamente le nutre y le ayude a dejar de comer y hacer lo que le haga daño. 

Un pastor que le guía, pero le deja siempre caminar en libertad por los prados de la vida y el encuentro, para fortalecerse, para dar lana a los demás y para caminar seguro, porque tiene un Buen Pastor que no deja de mirarle, amarle y salvarle cuando sea necesario.

Y un pastor, que este domingo toma también el rostro de una mujer. Una madre. Aquella que aún vive con nosotros o nos acompaña desde el cielo. La que nos dio el regalo de la vida, que nos educa para poner cada vez más nítidos nuestros colores y caminos. Esa madre que al igual que Jesús, está dispuesta a dar la vida por sus ovejas...



Este domingo démosle gracias a Dios por todos aquellos que son o han sido buenos pastores en nuestra vida. Y pidámosle al Buen Pastor, que nos ayude a serlo donde y cuando Él nos lo pida.

Pero nunca olvidemos que nos toque guiar muchas o pocas ovejas, siempre seremos primero la oveja del mejor y verdadero Pastor quien nos dice este domingo:  

 “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna” Jn 10, 27-28

 

 

 

 




Comentarios

  1. Gracias Maga, bella reflexión!!!!!!!!!
    de Colores!!!

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  2. Gracias por tus lindas y provechosas palabras, bendito nuestro Buen Pastor que nos dejó tan buenos guías ❤️

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  3. Los grandes amores de muchos colores me gustan a mí...

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