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La mejor lámpara para el mejor tesoro...

 




Hay situaciones y personas que nos pueden quitar el sueño. Situaciones o personas que son particularmente significativas y ocupan un lugar muy especial en nuestra vida. Personas sin las cuales tal vez no podemos vivir. Todos, si cerramos los ojos y entramos un ratito en nosotros mismos, podremos evocar aquello tan especial que no es negociable, que es LO MAS IMPORTANTE EN NUESTRA VIDA. Aquello que podemos llamarlo tal vez “nuestro mayor tesoro”.

Y este domingo Jesús nos ha animado vivamente a concentrar toda nuestra atención y mirada en ese tesoro. No en aquello que se acaba o corroe, sino en aquellos que son infinitos y que nada ni nadie puede arrebatar de nuestra vida. Aquel tesoro que merece toda la atención de nuestros afectos, de nuestras decisiones, de nuestros sacrificios y de todos nuestros esfuerzos. Bien lo dice:

“Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón”. Lc 12,34

¿Saben? Me ha parecido un detalle lindísimo de Jesús, que luego de estas tres semanas vividas con todas mis hermanas fraternas, reciba hoy esta frase tan cierta y que me hace tanto eco. Ésta de poner toda mi alma, vida y corazón en mi verdadero tesoro. Esta hermosa invitación y aventura de tener la libertad de quemar todas mis barcas, mis falsas seguridades y distracciones para poder mirar con más atención, con más amor y entregarme con toda mi alma al que es mi verdadero y único tesoro: Mi Señor, el Amor de mi vida, el dueño de mi corazón.

Y por eso, me encanta también que esta afirmación vaya de la mano con un consejo muy cierto y concreto para vivirlo: “Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas”. Lc 12,35

Estar preparada, estar atenta y lista para su llegada no sólo al final de los tiempos, sino en el hoy de mi vida. Esperarlo con entusiasmo y gratitud a que se encuentre más hondo y de forma concreta día a día. Este vivo encuentro cuando puedo descubrirlo en el corazón de mis hermanas, en el de mi madre anciana y niña, en los corazones de aquellos que sufren, en el de aquellos que se angustian y preguntan, o en el de aquellos que ríen y gozan. Amor y presencia real que descubro en esos detalles finos y hermosos que día a día los dos comprendemos y que me hablan más de su amor infinito. Esperarlo atenta y lista para amarlo más y dejarme amar más por Él.



Y un estar preparada que Jesús la simboliza tan gráficamente con esa lámpara encendida. Esa que ha decidido dejarse prender, aunque implique dejarse consumir. Lámpara encendida que está viva cuando ilumina y arde, y padece frío y tristeza cuando está escondida y apagada, aunque conserve su tamaño y su forma. Lámpara encendida con esa llama que se mueve y salta recordándonos la alegría que vive, que le encanta iluminar y arder para que puedan ser encendidas otras lámparas, para iluminar otros caminos o para quedarse derretida luego de la misión cumplida.
___


Señor,

Que algún día pueda entenderme así:

Como una lámpara encendida al lado del Sagrario.

Esa que sigue prendida, 

aunque las puertas estén cerradas,

y todos se hayan ido.

Esa lámpara que no se prende para ser vista,

sino para que su Señor esté contento,

para ser un reflejo y símbolo de tu presencia divina

para recordarnos dónde habita el mayor tesoro de todo ser humano.

 

Que sea Señor como una lámpara encendida

que se mantiene de pie y firme

para recordarnos siempre siempre,

que allí está el lugar más importante del templo de la Iglesia

como también del templo que habita

en lo más hondo de nuestro corazón.

 

Que esta semana Señor,

pueda mejorar el aceite de mi lámpara

con el amor que me das

y pueda así alumbrar mejor

el sagrario de tu presencia en mi vida, 

en el de mi historia, 

en mi presente y mi futuro.

 

Que esta semana pueda ordenar más mi existencia

para dejarte el mejor lugar de mi corazón

para permanecer de pie a tu lado

para alumbrarte con amor y alegría

para seguir a la espera de más regalos y dones

éstos que no dejas de ofrecerme

éstos que me ofreces en tantos detalles

y en cada momento simple de nuestro camino

y de nuestra indescriptible historia de amor.

Amén.

 Lc 12,32-48


Comentarios

  1. Gracias, Magali.

    Percibo mucha sensibilidad. Dios te bendiga.

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  2. Tener la lámpara encendida es estar siempre alerta para recibir el "bien supremo" y " dar" en bien lo que se recibe. Bello mensaje.

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  3. Astrid Biviana Rpo8 de agosto de 2022, 6:54

    Eres mi lámpara. Dios te Bendiga.

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  4. Gracias por dejarnos mensajes que nos ayudan a ser mejores personas, siempre guiados por Dios en nuestra existencia.

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