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Mostrando entradas de noviembre, 2022

Estar en vela...

  Una de las experiencias que no puedo olvidar de mis estudios en la universidad, es la de amanecerme más de una vez para hacer un trabajo. Si era un curso y tema que me interesaba, me era más fácil dejar de dormir. Y me tocaba entonces poner toda mi atención y esfuerzo junto a la mejor disposición, para poder hacerlo pronto y bien. Y al meditar en este primer domingo de Adviento, donde encontramos un Evangelio un poco misterioso porque habla de la venida de Jesús al final de los tiempos, encontramos también palabras muy importantes que me movieron particularmente: “Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor… estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre”.   Mt 24, 44 Me puse a buscar qué significa “estar en vela”. Y entre varios significados se dice: “hacer guardia por la noche”, “observar atentamente algo”, “continuar trabajando luego de la jornada diaria” o “cuidar solícitamente algo” … Entonces me puse a pensar, cómo es es...

¿Qué es lo que yo veo?

  ¿Alguna vez hemos hecho uno de esos test o juegos que al decir qué vemos en la imagen nos dan una interpretación de cómo somos o cómo estamos? Yo si. Pero a veces hay circunstancias en nuestra vida en las que podemos tener diferentes formas de aproximarnos o interpretarlas y no es un juego... Hoy al rezar el Evangelio de este domingo, en que reconocemos a Jesús como REY DEL UNIVERSO, veía que es un pasaje con muchos  misterios y miradas ante el amor. Hoy recordamos y reconocemos a un Rey que no es como los de este mundo. Él es un Rey que tiene por corona una de espinas, por trono la Cruz, por espada su Palabra y por poder el servicio y amor que nos entrega sin medida y límites. Un Rey que admiramos y respetamos por el poder de la humildad, la presencia constante y la eterna paz que nos regala día a día. Cuáles son los ojos que necesitamos, para poder percibir que frente a Jesús crucificado sí tenemos al Rey del Universo… Qué corazón y que vida interior necesitamos pa...

Maratón

  Tengo una amiga que le encanta correr y hacer deporte. Participa en 10k, está en grupos de entrenamiento y demás. Y tiene sobre todo un inmenso corazón. Cuando meditaba en el Evangelio de este domingo me vino esta imagen y ya comprenderán por qué. Éste es un Evangelio fuerte, con profecías fuertes, que suceden hoy y hace siglos. Guerras, pestes, terremotos y hambre. Y que va de la mano con ser también perseguidos, rechazados o hasta matados por defender nuestra fe, como bien nos lo han mostrado tantos mártires a lo largo de nuestra historia. Y todo este pasaje culmina con frases que me dieron paz al corazón. Hoy les comparto una de ellas que espero que les ayude:   “…con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”. Lc 21,19 Y es que Tú Señor no me pides resultados, no me pides evidencias o frutos. Me pides sólo perseverancia. Ésta que se construye y se gana con el tiempo, ésta que muchas veces nos mantiene vivos y animados porque es como esa carrera de resisten...

Con todo el corazón...

  ¿Alguna vez le han dicho a un niño: “te quiero con todo mi corazón”, y han visto que se queda como callado, porque empieza a imaginar sin entender, cómo ese órgano que tenemos dentro puede querer a alguien?  Niños que aún tienen una mentalidad concreta y limitada, en la que sus cabecitas no les da para abstraer y simbolizar. Al rezar el Evangelio de este domingo, me hizo pensar que muchas veces es esa mentalidad infantil, la que puede habitar en nosotros. Podemos ser adultos, pero buscar creer sólo lo que se puede ver, comprender o evidenciar. Este es el relato en el que buscan a Jesús unos saduceos, que era gente importante en el pueblo de Israel que no creía en la resurrección de los muertos. Y le buscan para ponerle a prueba. Le ponen un ejemplo “difícil” como las preguntas de los adolescentes, para ver cómo lo resuelve. Esos tipos de preguntas que podemos hacerle a Dios con una fe adolescente, pidiéndole que nos resuelva nuestros problemas de forma inmediata o nos ex...