Quién no quiere serlo…Una meta que es un sinónimo de felicidad. Libertad que siempre va de la mano con la paz, el gozo y la plenitud de nuestra vida. Hoy rezando sobre las bienaventuranzas, que es el Evangelio de este domingo, no dejaba de resonarme cómo éste es un camino que nos hace libres. Creo que las bienaventuranzas han evocado cierta polémica y cuestionamiento porque diera la impresión de ser algo masoquista, como un buscar sufrir persecuciones, pobreza y llanto para ser felices. Y sin embargo creo que, buceando un poco nuestro espíritu, podríamos encontrarnos con una experiencia muy humana y misteriosa que nos ocurre en nuestro interior: Cuando uno vive muchas experiencias difíciles, exigentes o dolorosas tiene dos posibilidades: amargarse y reclamar lo vivido, o puede descubrir que hay como un camino que nos lleva a romper barreras, algo así como “luego de vivir ésto he perdido el miedo y puedo ver más allá”, “luego de vivir ésto puedo ver el horizonte y p...
Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida. Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...