Hoy me conmueve ver a Jesús que viene a mi vida de tantas formas. Si, mi amado Jesús, pues S i te hiciste hombre y viniste al mundo para unirte a nuestra humanidad, hoy tomo conciencia que viniste a encontrarte conmigo también en mi propio desierto. Vas y te introduces a nuestro desierto, este lugar tan árido y seco por el que todos nosotros atravesamos. Mi humanidad como la de todos, reconoce que tenemos ocasiones en las que nos experimentamos sedientos, cansados, solos o sin frutos por delante. Unos más largos que otros, unos más difíciles que otros. Pero todos al final lo son… Y hoy Jesús, quisiera hacer un pequeño viaje en el interior para reconocer tu presencia allí… Espero que lo que hoy grafique de forma tan pobre y sencilla, anime a mis hermanos a experimentar al igual que yo, una inmensa gratitud por tu entrega, tu compañía y solidaridad en estos momentos. Cuando me experimento en un desierto, puedo percibir el cansancio y calor. Pued...
Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida. Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...