Qué cercanos eran Lázaro, Marta y María para Jesús. Y qué bonito leer sus historias. Con hechos milagrosos como éste, junto a otros de la vida cotidiana que hasta nos cuenta una “pelea” entre Marta y María. Pasajes que confirman que evidentemetne no fueron solo discípulos, sino personas de mucha confianza y muy amigos de Jesús. Como estarán pasándola con Él en el cielo… Y al rezar este Evangelio, me conmovió especialmente el encuentro que se dio luego de la muerte del hermano. Un encuentro de mucho cariño y de esos reclamos que solo se hace a alguien cercano. Un encuentro en el que hay lágrimas de las hermanas, de los amigos y del mismo Jesús. Encuentro en el que me dejó resonando el pedido tan fuerte y difícil que Jesús les hace al llorar frente a la tumba: pedir que abran la loza, y en el que Marta con toda confianza le recomienda no hacer es...
Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida. Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...