Si vamos a cosas simples: sin dudar, yo a los ratones. ¡Es irracional! ....pero les tengo mucho miedo… Pero la pregunta necesaria, importante y sincera en este día, es sobre esos más hondos, que pueden marcar la forma de aproximarnos a la vida y también a la muerte… En el Evangelio de este domingo, Jesús nos alienta a qué sí y a qué no temer: “No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. … No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo”. Mt 10, 26-28 Y bueno, con sinceridad podríamos responderle: “… es que Señor, es muy fácil escucharlo o decirlo, pero difícil vivirlo”. (Aunque, también podría venirnos a la memoria esa muerte que Jesús decidió pasar por amor a nosotros). El miedo es muy humano, especialmente cuando puede ponerse en juego nuestra seguridad, nuestra vida y lo que más nos importa. Miedo ...
Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida. Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...