¡Sí, me alegra decirlo y estar segura que es realmente
bella …!
Creo que siempre tenemos cosas maravillosas por las cuales
darle gracias a Dios. Y que, a pesar de las pruebas y problemas, cada día nos
ofrece una nueva oportunidad para ser felices.
Y además, que cada uno de nosotros, desde nuestra
forma de ser, desde nuestra condición de vida y cultura, tenemos alguna forma
particular de experimentar que siempre vale la pena vivir y gozar de este
regalo...
Este domingo que celebramos el Corpus Christi, Dios me
dio la gracia de abrir un poco más los ojos del corazón para darle gracias por
mi vida, y por tenerlo a Él como una verdadera garantía de poder alcanzar la
verdadera felicidad que todos anhelamos.
Ante unas lecturas tan bonitas y un Evangelio tan
profundo sobre el Pan de Vida, me quedó sencillamente resonando una sola frase:
“…el que
me coma vivirá por mi” Jn 6, 57
Me
preguntaba y le preguntaba qué significaba este “vivir por mi”, ¿Qué es vivir
por Jesús?
Y le decía: Tal vez
Jesús, es este invitarme a vivir a través de ti, ese vivir “desde”
ti. Desde tus fuerzas, desde tu amor, desde tu divinidad, desde tu realidad,
desde tu poder, desde tu origen, desde tu existir.
Ese vivir
de ti, beber de ti, refrescarme de ti, respirar por ti, tomar impulso desde ti,
tomar decisiones desde tu gracia, decidirme a cambiar desde tu ejemplo.
Vivir por
ti, porque sólo Tú puedes ser la fuente, el origen y el inicio de todo el amor
que habita en mi vida para recibirlo y para darlo. Vivir por ti porque Tú
motivas nuestras metas y caminos, porque por tu gran Amor podemos vencer esas
grandes batallas y esos difíciles obstáculos.
Vivir
por ti porque a través tuyo todo se entiende, se resuelve y se ofrece de otra
manera. Porque por tu amor y gracia las más grandes colinas se convierten en
llanos verdes y frescos. Porque por tu vida y entrega los pequeños esfuerzos
los has convertido en grandes pasos.
Y si
todo ésto y más puedo experimentar al recibirte en la Eucaristía, el único alimento
de vida eterna, cómo dudar un solo instante en poner todos nuestros medios sencillos
y pobres para comer tu Pan y recibirte en nuestra
alma...
Por eso
Jesús, hoy junto a todos mis hermanos y amigos, quiero darte gracias por el don
de la Eucaristía y por hacerte un Pan que nos transporta al cielo, para poder
vivir plena, feliz y eternamente.
Rezando, le hice esta oración a Jesús que también se las
comparto:
Vivo por Alguien inmensamente grande, que se hace tan pequeño
y concreto.
Vivo por Aquel que, siendo Dios, se hizo Hombre para quedarse en Pan.
Vivo por el mismo Amor, que por loco por mi, se entrega y se da con pura
humildad.
Vivo de Aquel que sueña con mi cielo y lo hace real con este
Pan en la tierra.
Vivo por ti, que te acercas tanto, y me llevas tan dulcemente
lejos para volar juntos.
Vivo por el Único que, haciéndose hostia y Hombre, hizo
de mis soledades y dolores pesebres de ternura para nacer de nuevo.
Vivo por ti, mi Esposo eterno, que me esperas tan
paciente y callado en el Sagrario y en la Misa, para quedarte en mi alma.
Vivo y respiro desde el dueño de la vida, que pasó por la
muerte para resucitarme a lo eterno.
Vivo de tu presencia viva y fuerte, que se me revela aquí
en este pan, y se me traduce en gracia, para alcanzar poco a poco el cielo.
Vivo de tu Amor mostrado de tantas formas, para repletar
mi vida y ofrecerla luego a quien tanto te anhela y necesita.
Vivo a tu lado, vivo feliz, vivo protegida, vivo en ti.
Vivo porque vives, porque me amas y no dejas de buscarme.
Amén.
Jn 6,
51-58
Les comparto dos canciones muy bonitas sobre la Eucaristía. Una es para niños, pero la letra es para buscar tener un corazón de niño también...
Espero que les guste
La presencia de Dios, nuestro Señor sisiempre esta junto s nosotros, aunque no lo veamos, peero lo sentimos y apreciamods a través de su ayuda constante y permanente.
ResponderEliminarQuerida Magali buenas tardes,
ResponderEliminarEste domingo hemos celebrado la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, nuestra Iglesia nos invita a reconocer la presencia salvadora del Señor y nos muestra la nueva Alianza entre Dios y los hombres.
Jesús quiere ser alimento para nuestra vida cotidiana, ese alimento se nos da, en la consagración del pan y el vino, es la presencia real de nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía y aceptamos este pan de vida, por medio de nuestra "FE" y ese alimento, es alimento de vida eterna, para nuestra alma.
Gracias querida Magali.
Dios te bendiga y te guarde siempre.
Elvira Orellana B.