Ir al contenido principal

Los Regalos

 


            Qué lindo es dar un regalo. Esa libertad de ofrecer algo de valor interior para el otro, sin pedir nada a cambio. Darlo con cariño y con el entusiasmo de hacer feliz a la persona que amamos.

           Me vino esta experiencia al rezar el Evangelio tan rico de este domingo en el que Jesús luego de sentir compasión por una muchedumbre sin pastor, llamó a cada uno por su nombre para trabajar en la misión y con pedidos concretos para anunciarlo. Pautas que culminaron con esta frase clara e importante: “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” Mt.10,9

            Entonces me puse a buscar el significado de esta corta pero importante palabra “gratis”. Y decía: “sin cobrar “o “que no cuesta”. Palabra que se deriva del término latín “gratia”, que significa una gracia, un favor o una benevolencia.

           Pero luego, me llamó la atención la diferencia que encontré entre algo “gratuito” y algo “gratis”. Lo gratuito no tiene valor comercial o no cuesta, mientras que lo que es gratis sí tiene valor, pero es ofrecido como regalo sin pedir nada a cambio.

            Y bueno, les hago toda esta historia y trabalenguas, porque les quería compartir la experiencia que tuve al tomar más conciencia que la compasión de Jesús por la muchedumbre sin pastor y por la mies abundante con pocos obreros, es la misma compasión con la que hoy me pidió nueva y firmemente servirlo más, mejor y a dandolo todo gratis.

            ¿Cómo no evocar las inmensas bendiciones que he recibido gratis en mi vida? Como mi vocación fraterna, mi familia, mi misión, mis talentos, mi profesión, mis amigos, seguridades físicas como salud, techo y alimento, historias hermosas que atesorar y compartir, sentirme amada y mucho más…

    Y ante todo ésto, no puedo pedir algo a cambio. Mataría el espíritu y toda la belleza del amor. Se trata de dar gratis, pero además un “dar gratis como Jesús”.

    Darse con generosidad, con un verdadero esfuerzo, con humildad, con compasión, con esperanza, en silencio, con alegría, con entusiasmo, confiando, con el AMOR de Dios. Darse de tal manera que, al entregar los dones de nuestra vida, el otro pueda descubrir al mismo Jesús que los busca, que les habla y está con ellos.

            Un regalo a los demás, que termina siendo un regalo inmenso y bendito de regreso para cada uno de nosotros. Una entrega y un amor gratuito con la gracia de Jesús, que luego nos ofrece sin esperarlo ese privilegio de haber cooperado con la mies abundante, de haber pastoreado un poco a esas ovejas y que nos lleva a experimentar de tantas formas que vamos caminando en el mismo equipo y camino de nuestro amado Jesús.


            
Y me encanta que este bellísimo Evangelio vaya también para todos aquellos que ejercen su paternidad de una u otra manera. Una bella ocasión para agradecerles por su misión y para que recuerden que Jesús los quiere felices ofreciéndose gratis para que aquello que entreguen, sea un amor auténtico, a la medida del corazón de Jesús.

            Démosle gracias a Dios por darnos tanto, tanto. Y por hacernos tan felices cuando nos ofrecemos y nos entregamos a los demás generosamente como Él lo hizo con cada uno de nosotros.

            Que sea una semana para renovar nuestros esfuerzos por las misiones que tenemos en nuestra vida, aquellas que son ocasión para prolongar su amor en medio de este mundo tan sediento de su vida y de un verdadero Pastor…

            ¡Que podamos ser un regalo de Dios para los demás!

Mt 9,36—10,8

 

Les comparto esta linda canción que es especial en este mes del Corazón de Jesús y que nos muestra cómo es su entrega generosa y el regalo de su misma vida por cada uno de nosotros.



 

 


Comentarios