Qué actual y común me parece lo que hoy Jesús nos enseña en esta primera parábola del Evangelio. Quién de nosotros podría decir que la experiencia de la cizaña no le ha rodeado de una u otra manera. Frase tan usada para hablar de aquellas situaciones en las que personas o pensamientos propios nos pueden llevar a la desconfianza, al negativismo o desesperanza.
Y me conmovió en esta parábola algo en particular que Él nos enseña. Subrayaré
unas oraciones y les explico:
En aquel tiempo, Jesús propuso a las gentes otra parábola, diciendo: «El Reino
de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su
campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró
encima cizaña entre el trigo, y se fue.
Cuando
brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los
siervos del amo se acercaron a decirle: ‘Señor, ¿no sembraste semilla buena en
tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?’. Él les contestó: ‘Algún enemigo ha hecho
esto’. Dícenle los siervos: ‘¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?’.
Díceles: ‘No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo.
Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a
los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y
el trigo recogedlo en mi granero’». Mt. 13, 24-30
· Habla
pues de ese sembrador dueño de un campo en el que sembró buena semilla: Es
decir de nuestro buen Dios, dueño del campo del mundo y creación. Dueño por
ello del campo de nuestra vida y nuestra historia. El más sabio, justo y
bondadoso dueño que podríamos tener.
· Habla de aquellos
cuidadores que al dormir no se dieron cuenta de la cizaña sembrada por el
enemigo: los que solo “marcan tarjeta” al hacer sus responsabilidades.
Que no se refiere al sano y justo descanso, sino a ese quedarse dormido por
mediocridad, por no darle el peso a la vida o al no comprometerse del todo con
las tareas encomendadas o a las personas que cuida. Trabajadores que podemos
ser tú y yo.
Y habla también de ese dueño del campo que decide no arrancar la cizaña
para no dañar ninguno de los trigos sembrados: Es aquí donde
me quedé más prendada y conmovida …
Y es que me puse a leer un poco sobre las
características de una cizaña. Se dice que es una planta muy parecida al trigo,
por eso se le llama “falso trigo”. Se dice también que crece rápido, por lo que
ocupa el espacio del trigo. Y se dice también que es parasitada por un hongo
tóxico que es conocido como LSD (una droga que es alucinógena), por lo cual
también a esta planta se le llama “borrachera”. Y se dice además que su
principal particularidad es que las semillas y la harina obtenidas resultan tóxicas.
Varias características negativas y dañinas que, si
hiciéramos una analogía con nuestra vida y nuestro mundo, daría mucho que
pensar, pues en nuestro mundo y en el campo de nuestra propia existencia habita
el trigo y la cizaña a la vez.
Pero entonces,
lo que me llevó a admirar, fue la sabiduría y bondad de Dios, quien respetando
siempre nuestra libertad y cuidándonos de tantas maneras, no quiere que seamos
arrancados y muertos por querer destruir la cizaña.
Dios
comprende perfectamente que en tu vida y la mía hay realidades que tienen como
dos ángulos. Porque nadie es radicalmente bueno o radicalmente malo. Nadie
podría afirmar que lo que hizo fue solamente por puras motivaciones buenas y
nobles. Y a medida que pasan los años, entendemos mejor esto que la realidad no
es blanca o negra, sino que hay tonos medios, grises o mezclados. Pero ante
todo, que lo más importante es lo bueno que existe dentro de nosotros, el
trigo.
Y lo maravilloso de todo ésto, es que tenemos un Dios hecho Hombre, que
comprende perfectamente nuestras debilidades, nuestras cizañas y errores. El
mismo que TRASCIENDE esa cizaña, para esperar con entusiasmo y amor que el
trigo crezca, se fortalezca y viva cada vez más y mejor.
Hoy seamos
agradecidos con Aquel que nos conoce mejor que nadie, y nos trasciende sin
escandalizarse, sin condenarnos, sin castigarnos o alejarse de nosotros por las
cizañas del mundo y las nuestras.
Hoy
aprendamos de su nobleza, de su bondad y sepamos trascender para solo quedarnos
con el trigo bueno que habita en nosotros y en todo ser humano con el que nos
encontremos.
Les comparto
una oración que escribí.
Tú
sabes mirarme y trascenderme toda,
conoces
muy bien mi campo
sabes
de esas cizañas que generan toxinas
esas
de fantasías, engaños, y daños.
Sabes
de mis arrebatos y apuros,
Y de
esos esfuerzos estériles.
Tú
sabes mirarme y trascenderme toda,
sabes
amarme con una claridad aguda
capaz
de distinguir la cizaña del auténtico trigo,
sin engañarte
con un detalle aparente de la realidad indiscutible,
sabes
trascender mi error y caída
para
quedarte con mis anhelos e intenciones más sinceras,
sabes
perdonar mis inmaduros reclamos
para
quedarte con mi gratitud escondida.
Tú
sabes mirarme y trascenderme toda,
y amas
infinitamente mi espíritu.
encontrando
lo bueno que habita dentro
aunque
yo misma no lo vea.
Sabes
de mis sinceros deseos, y de mi amor por ti
que
aunque sea muy pobre, está aquí dentro.
Sabes
de mis esfuerzos por hablar de ti
y
por amar a mis hermanos.
Sabes
de mis secretos y esos sueños vivos
que
me motivan cada día.
Sabes
de mis cruces ofrecidas
que
fueron cocinando el pan,
ese
que ahora te preparo
para
que puedas encarnarte
aquí
dentro, y en el mundo de tus hermanos.
Sabes
toditita mi historia
de
lo perdonado con tu gracia.
del
trigo maduro y el que crece
éste
que Tú has sembrado y hecho germinar.
Tú
mi Buen Sembrador y compañero
que
no te quedas nunca dormido,
ayúdame
a no dejar que se siembre y crezca cizaña,
esa
que me roba el agua, tierra y luz
que
eran destinadas para el verdadero trigo.
Que
con tu gracia y paciencia
no
crezca en mí la cizaña
que
haga tóxico el camino que me has trazado
y
que tanto soñamos
para
llegar a la vida eterna y a la vida plena.
Amén.
______
Les comparto esta canción que muestra
cómo Jesús siempre se queda con nuestro trigo y deja de lado nuestra cizaña…
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