Una
virtud que admiro mucho en las personas es la honestidad. Esas personas que
buscando ser íntegras reconocen con sinceridad lo que ven. Hay muchas
definiciones, y una muy sencilla que me encantó fue ésta que afirma que “… es
más que el no mentir, engañar o robar. Implica reconocer la verdad en lo que se
identifica, al tener conciencia de sí mismo”.
Es
ese paso previo a ser coherentes e íntegros, porque creo que es de valientes
llamar las cosas por su nombre e identificar la verdad que encontramos nos
guste o no… Sin honestidad no se da luego la integridad de vida.
Les
comento sobre esta virtud, porque este domingo al rezar el Evangelio, me llevó
a admirar la honestidad de los protagonistas de esta historia.
Es
el momento en el que Juan Bautista les dice a sus discípulos que allí estaba
Jesús, el Mesías esperado. Y ante ello, Andrés y Juan deciden ir detrás de
Jesús. Viene entonces esta experiencia y diálogo que me encanta:
“Jesús
se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa
Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.» Entonces
fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de
la tarde”. Jn. 1, 38-39
Pasaron el día con Jesús. Y entonces
Andrés, hermano de Simón (que sería más tarde llamado Pedro), va a buscarle y
decirle que han encontrado al Mesías.
Les comparto entonces lo que me mostró el
Espíritu y espero que te ayude y anime a ti también… Aprendí de:
La honestidad en Juan Bautista
· Quien no buscaba ser
como los demás, sino como Dios le hizo. Honesto al reconocer lo que el Espíritu
le decía y la misión que le encomendó. Le cueste o no.
· Honestidad con su
propio corazón, que le permitió escuchar y encontrar a Aquel que anunciaba y
esperaba. Aquel que le hizo saltar de gozo en el vientre de su madre Isabel.
· Honesto para no
buscar ser más que el Mesías a pesar de tener muchos discípulos que sí lo
pensaban. Sino que humildemente reconocía que venía Aquel que era más.
· Honestidad que le lleva
a transmitir esta pasión y anhelo por seguir al Mesías esperado, contagiando y
despertando el espíritu de otros corazones también honestos como los de Andrés
y Juan.
Honestidad de Juan y
Andrés
· Para reconocer que
aunque Juan Bautista les enseñaba, ayudaba y guiaba mucho, permanecer con él no
les traería la total respuesta. Sus honestos corazones buscaban al Salvador de
su pueblo y de sus vidas.
· Para escuchar con
apertura lo que Juan Bautista les dice y señala. Para decidir buscar, seguir y
preguntar a Jesús con sinceridad quién era.
· Honestidad para
reconocer la búsqueda que les lleva a aceptar el reto que Jesús les dice: “Venid
y lo veréis”, decirles algo así como: “entra, camina y abre tu vida para ver
con toda el alma quién soy”.
· Honestidad para
reconocer que sí es el Mesías que buscaban.
· Honestidad para
reconocer que este bendito encuentro implicaría un cambio de vida, porque es un
nuevo maestro, EL MAESTRO…
· Honestidad la de
Andrés para no solo alegrarse, sino buscar a los suyos, a Simón su hermano.
Para arriesgarse con certeza, con entusiasmo y pasión contagiante y decirle “Hemos
encontrado al Mesías”.
· Honestidad de Simón
para animarse a ir y confirmar lo que su hermano le dijo. No le cree del todo,
pero va con apertura.
Honestidad plena de
Jesús
· Para
buscar a Juan y pedirle que le bautice, porque eso le pidió su Padre.
· Para
abrir su mundo a Andrés y Juan, mostrando con sinceridad y total apertura dónde
y cómo vive. Y para responder a sus dudas y preguntas.
· La
de conocer a Simón y sincerar su futura misión.
· La
de no callar por tanto amor, para hablarnos y hacernos reconocer cuánto le buscamos y esperamos sin saberlo…
Honestidad la que tú
y yo estamos llamados a vivir:
La invitación a unir
las voces de nuestro interior con su llamado. Unir nuestra honestidad a la
suya.
Honestidad que
necesitamos vivir para reconocer que no todo nos llena, aunque sea más cómodo, emocionante
o divertido a primera vista. Para reconocer que hay experiencias hondas que se
pueden vivir, recibir y acoger cuando abrimos, limpiamos y exponemos TODO el
corazón a la verdad, para que honestamente optemos por lo que sí nos llena y
responde.
Honestidad para
reconocer que solo el AMOR, éste que proviene de Dios hecho hombre, llenará nuestra vida.
Abramos los ojos, y
encontraremos Juan Bautistas que nos muestran a Dios, amigos como Andrés y Juan
que nos cuentan su encuentro con Él. Y al mismo Jesús que está más presente de
lo que pensamos en nuestra vida e historia.
Seamos honestos para
escuchar en el alma cuánto anhelamos ser felices y que solos no podemos. Sólo
lo lograremos con la fuerza y amor de Dios.
Seamos honestos para dar
testimonio de esta realidad a los que amamos y conocemos, sin vergüenzas, sin
miedos y con la libertad que el amor nos regala.
Jn 1, 35-42
______
Y les dejo esta linda
canción, con una letra que nos complementa un poco esto que vivimos cuando
somos honestos y sinceros con Jesús y Él también…
Me encantó Magali
ResponderEliminar🙂
Muchas gracias querida hermana muy linda reflexión
ResponderEliminarBendiciones
Hermosa reflexión bendiciones 🙏
ResponderEliminarGracias Magali :linda reflexión sobre la honestidas
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