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¿Líder o pastor?

 


 

Todos de una u otra manera somos líderes o pastores de nuestra familia, nuestros hijos, nuestros hermanos menores, un grupo de amigos, un grupo en el trabajo, un grupo de alumnos, un grupo de enfermos o médicos, un proyecto que emprendemos. Los sacerdotes de una parroquia o capilla, los líderes políticos de una región, en fin… Si revisamos nuestra vida tal vez podemos tomar más conciencia de ello.


Por ello creo que lo primero es ser consientes si sólo queremos o decidimos liderar, o además de ello queremos ser pastores, y buenos pastores… Ser un buen líder busca alcanzar la meta de un proyecto y lo logra, pero ello no siempre implicará ser además un buen pastor.


Ser además un buen pastor es algo más exigente, pero estoy segura que aproximarnos así desde las distintas misiones que la vida y Dios nos ofrece, es algo que nos lleva a una mejor lectura de nuestro camino, de nuestra felicidad y del sentido de nuestra vida. Buscar ser pastores nos hace felices y nos realiza.


Este domingo de Pascua que es conocido el del Buen Pastor, me llevó a pensar en el ejemplo de Jesús. Él no sólo nos dice que es “como un Buen Pastor”. Él nos dice “Yo soy el Buen Pastor”. Es decir lo ES, de ti y de mí.


Por ello, traté de leer y recordar algunas características importantes que puede tener un buen pastor para que pueda ayudarnos a serlo en nuestra vida comprendiendo cada vez mejor el amor que Jesús nos da.

 

Un pastor usa un cayado, un soporte en forma de bastón que le ayuda a apoyarse en esos lugares difíciles por los que le toca caminar cuando va por delante. Que le ayuda a abrir caminos y asegurarlos para que sus ovejas le sigan. Pero es también el instrumento que le sirve como prolongación de su brazo cuando ve que una oveja de su rebaño se separa o distancia del resto, encaminándole nuevamente al rebaño. Y así también, creo que nos toca experimentar ese buscar los mejores caminos para los nuestros o tener la mano firme y tierna de encauzarlos cuando se alejan. 

Tenemos un Buen Pastor que nos ha abierto el camino al cielo, nos ha recordado por dónde enrumbarnos cuando nos perdemos y nos pide de una u otra manera que le ayudemos como cireneos a subir esos lugares empinados para conducir juntos, los dos, a los nuestros….




Un pastor lleva también un zurrón, como una pequeña mochila que debe ser ligera de equipaje, con lo indispensable para ese largo camino bajo el sol, para alimentarse o con ese remedio que cure a sus ovejas heridas. Un zurrón ligero, para que el peso de sus cosas no paralice el camino y necesidades de sus ovejas, para que el pastor esté siempre preparado y disponible para correr si ha de salvarlas, para llegar a los mejores lugares o para defenderle a tiempo del lobo que les ataca. 

Un pastor ligero y disponible como nuestro Buen Pastor, que prefirió no tener casa ni morada para poder llegar a la mayor cantidad de lugares con la única razón y motivación: sus ovejas, la humanidad que está sedienta de Dios y de salvación.



El pastor lleva sandalias: Símbolo de ligereza, de estar dispuesto a cruzar aguas y pisar tierra. El pastor que pisa la realidad y que con sus pies cansados, llenos de polvo nos muestra que se hace uno con sus ovejas. 

Como nuestro buen Pastor, que se hizo hombre, se hizo mortal, se hizo débil y frágil como sus ovejas para caminar no solo delante, sino también junto a nosotros. Un pastor que “huele a oveja” porque las ama, las respeta y admira…


El pastor cuida de sus ovejas. No las deja sueltas, sabe que las ovejas no saben por dónde ir, no identifican la buena de la mala hierba o la mala tierra. El pastor los lleva a los mejores pastos, a los mejores vientos, al mejor clima, a las mejores aguas para que estén mejor, para que caminen seguras y lleguen a crecer cada vez más y mejor. 

Y así también es nuestro Buen Pastor, es quien siempre nos invita al mejor camino, a las mejores decisiones, a los mejores rumbos, a las mejores personas. Qué importante es pues, dejarnos guiar por Él.


El pastor las alimenta. Sabe que sin el buen alimento no crecen, no caminan. Por eso les conduce a los mejores pastizales. Busca el mejor lugar para alimentarse y si no hubiera, lo suple. Busca el mejor lugar para beber buena agua no contaminada. O les ofrece incluso nutrientes a aquellas enfermas y débiles. 

Así también nuestro Buen Pastor nos da alimentos de vida desde el amor de los demás, desde tantas experiencias de vida que nos hace mejores personas. Y sobre todo, nos da el mejor y verdadero alimento: EL PAN DE VIDA. Un Pastor, que se hace Alimento de Vida eterna…



El pastor protege. Sabe de las zonas donde hay más peligro, donde puede haber depredadores, donde puede existir veneno o vientos indomables. Toma las mejores decisiones para guiar a su rebaño. Cómo no reconocer también en Jesús nuestro Buen Pastor a aquel que verdaderamente nos protege y salva. Que nos salvó del pecado, que nos guarda de todo mal. Que nos manda personas y testigos que nos advierten de lo bueno y lo malo. Este Buen Pastor que dio su vida para no solo estar a salvo, sino para vivir ETERNAMENTE.



El pastor conoce a sus ovejas. No sería raro encontrar esos buenos pastores que le ponen nombre a cada una. Que sabe cuáles son las más hambrientas, las más sedientas, las más rebeldes, las más dormilonas… Pero sabe también que todas las ovejas son débiles y físicamente limitadas, y que Dios las hizo sociables necesitando estar siempre en rebaño para sobrevivir o para protegerse de los demás. 


Así también nuestro Buen Pastor es quien mejor nos conoce. El Buen Pastor que sabe qué es lo mejor para nosotros, qué necesitamos cambiar, crecer, mejorar más, compartir y dar a los nuestros. 




El Buen Pastor que sabe muy bien cuánto necesitamos del resto del rebaño. Por eso es un Pastor que nos guía de manera personal pero también al rebaño en conjunto. Y es el que mejor sabe cómo somos y qué necesitamos para poder ser también buenos pastores para los demás.


El pastor cura las heridas. En el sendero no han de estar ausentes de accidentes y daños. Y está allí también, para hacer algo que la oveja no puede hacer por si misma: curar. Y entonces el buen pastor buscará el ungüento, limpiará las heridas y ofrecerá la mejor solución para que la oveja no sufra de dolor y sobre todo sane la herida. Nuestro Buen Pastor nos trajo la mejor medicina para la peor herida: su muerte y resurrección para curar la herida de la muerte eterna. Él mismo es no solo la medicina es LA VIDA. Busquemos pues al mejor Pastor y al mejor médico que puede solucionar y sanar todas nuestras heridas, dolencias, dolores y desesperanzas.



El buen pastor busca la oveja perdida. Un pastor egoísta o asalariado puede pensar que perder 1 de las 100 o 1 de las 2000 no importa. Pero para el buen pastor, esa oveja tiene nombre, tiene color y rostro. No puede perderla porque ha de sufrir, ha de morir ha de terminar atacada o muerta. 


Así también nuestro Buen Pastor no quiere perder ninguna. Y ha dado SU MISMA VIDA por cada una de sus ovejas. No pretende perder a ninguna. Busca que toda la humanidad tenga la posibilidad de tener vida eterna, salud eterna, felicidad eterna.


... Y cuántas cosas más que podemos decir de un buen pastor y sobre de nuestro Buen Pastor al que queremos imitar para serlo.


Pero nunca olvidemos una cosa fundamental: para ser buenos pastores, necesitamos ser concientes que somos ovejas y que necesitamos primero ser BUENAS OVEJAS.




¿Cómo hemos de guiar a los nuestros si solo usamos en nuestras limitadas fuerzas, si sólo contamos con nuestras ideas y razones, si sólo queremos hacerlo desde nuestras limitadas experiencias de vida?


Para ser buenos pastores, dejemos que el Buen Pastor nos guíe. Que primero Él sea Pastor en nuestra vida personal. Dejémonos amar, guiar, curar, alimentar, fortalecer, escuchar, consolar, cargar, proteger y mucho más por Él. 

Jesús es nuestro BUEN Y VERDADERO PASTOR. Y solo con sus formas de serlo y recibiendo su fuerza y gracia, es que podremos asumir la hermosa y difícil misión de no ser solamente un líder, sino un verdadero pastor con los nuestros.


Que este domingo antes de buscar ser buenos pastores, aprendamos a ser buenas ovejas que confían y agradecen a su único y verdadero Buen Pastor.

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Aquí les comparto una canción muy simpática que me encanta y que nos grafica muy bien como ovejas junto a nuestro Buen Pastor. 


 

https://www.youtube.com/watch?v=LzSD2IuzZFc




 

 


Comentarios

  1. Muchas querida hermana muy hermosa y enriquecedora tu reflexión,
    Dios te siga Bendiciendo 🙏

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