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Cuando alguien llega...

 




Qué hermoso es esperar y recibir a alguien a quien queremos. Los días o las horas previas se llenan de ilusión, proyectando lo que podremos vivir, conversar o hacer juntos. A menudo, buscamos detalles y maneras de expresar nuestro afecto. Y al abrirle las puertas de nuestro hogar y reencontrarnos, nos invade una profunda alegría acompañada de una mezcla de sentimientos.

Este domingo, durante la fiesta de la Presentación del Señor, se nos ofrece una valiosa oportunidad para profundizar en el misterio del encuentro con Dios encarnado que, convertido en un bebé recién nacido, fue PRESENTADO y llegó al templo y a nuestras vidas.

Creo que la primera lectura pone en palabras del profeta una forma muy hermosa de graficarlo:

“De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis. Mirad que está llegando, dice el Señor del universo. ¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata…” Mal. 3, 2-4

Quisiera desglosar un poco estas palabras para que podamos meditar juntos sobre lo que puede implicar su llegada en el santuario de nuestras vidas.

·      De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando: Quizás cuando menos lo esperemos, de la manera más sorprendente y personal, Aquel a quien hemos buscado de tantas formas, y tal vez durante tanto tiempo, finalmente llegará.

·      ¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada?: Porque ante su llegada, su mirada, su presencia que nos inunda, al tenerlo cara a cara ¿Podemos resistirnos? ¿Podemos permanecer indiferentes? ¿Podemos pasarnos de largo como si nada hubiese pasado en nuestra vida?

Cuando alguien deja una huella en nosotros, es como si marcara un antes y un después en nuestra vida. Hay momentos en nuestra historia en los que Cristo nos busca, llega a nuestro corazón y nos mira de tal manera que todas nuestras barreras se desvanecen. En esos instantes, solo deseamos permanecer abrazados a Él.

·      Pues es como fuego de fundidor:  Así como el fuego de un fundidor puede derretir y suavizar el metal, el fuego de Su amor, de Su Espíritu y de Su gracia tiene el poder de transformar lo más duro y tosco en una filigrana hermosa.

·      …como lejía de lavandero: un detergente que se utilizaba en la antigüedad, conocido por su olor fuerte y desgastante, que solo los siervos se veían obligados a usar para limpiar. Así, Cristo viene a lavarnos tantas veces como sea necesario, para que quedemos limpios, sanos y renovados. A Él no le importa adentrarse en las zonas más oscuras, feas y sucias de nuestra vida con tal de devolvernos nuestra dignidad y guiarnos de nuevo hacia la luz.

·      …se sentará como fundidor que refina la plata: se sentará porque se demorará todo lo que sea necesario para permanecer a nuestro lado, para ser uno más con nosotros.

·      …y los acrisolará como oro y plata: como buen fundidor acrisolará nuestros tesoros listos y preparados dejándolos mejor que antes…



Y entonces viene nuestra Madre María trayéndonos a Jesús al templo de nuestro espíritu como lo llevó al Templo de Jerusalén. Y nos lo presenta una y otra vez para hacer todas estas maravillas en nuestro espíritu, en nuestra historia y a lo largo de nuestra vida.

Solo queda una cosa: vivir este encuentro acogiendo su llegada y ofreciéndole quienes somos.

Démosle toda nuestra vida, nuestros amores, nuestros proyectos, nuestras heridas y logros para que Jesús transforme, cure y haga todo más grande y más digno.

Que este día de la Presentación del Señor no sea solo una fiesta para los que nos hemos consagrado a Dios ofreciéndole toda nuestra existencia. Que todos y cada uno de nosotros aprendamos a acogerlo con toda el alma y vida para que su amor lo transforme y multiplique todo más y más.

 

Malaquías 3, 1-4

Lucas 2, 22-40

Comentarios

  1. Gracias Magali x la linda reflexión, acogerán Señor con todo amor.

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  2. Bendito sea NUESTRO DIOS.
    Gracias por compartir tan Bellos
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