Es muy cierto que los hermanos no se eligen,
pero los amigos sí. En mi caso como en el de muchos de ustedes, tengo la dicha de tener dos hermanos que los considero también verdaderos amigos.
Y creo que es un verdadero regalo de Dios tener también verdaderos
amigos que son como hermanos.
No sé si les ocurre a ustedes, pero a
medida que transcurren los años, encuentro nuevos estilos de amistad que enriquecen mi vida. Y puedo experimentar también que los que son más cercanos se acrisolan, caminan y crecen conmigo.
Tengo amigas entrañables que, aunque vivan
lejos o cerca vivo con ellas verdaderos encuentros en los que basta
una mirada, una actitud, un comentario o expresión, y ya sabemos lo que vivimos. Amigas con quienes comparto una vida auténtica, con quienes camino trechos
difíciles o simples. Con ellas peregrino por colinas empinadas o por quebradas
hondas, y están siempre allí para no perderme, para alentarme o para levantarme cuando resbalo.
Amigas verdaderas que me ayudan en todo
momento a ser quien soy, a recordarme cómo soy feliz, cómo Dios me muestra su
amor y qué es lo verdaderamente auténtico en mi vida. Aquellas que me animan,
que se alegran o lloran conmigo. Esas amigas con quienes sé abrir el corazón
con libertad porque están a mi lado, aunque no entiendan todo, aunque estén
sufriendo o riendo. Amigas que sé que harán todo lo que esté en sus manos por
ayudarme a desencantarme de las mentiras para conquistar la verdadera felicidad.
Amigas que me han ofrecido su mano, su corazón y su tiempo para ir conmigo
hacia el cielo en la tierra y hacia el cielo eterno.
En este domingo quiero dar gracias por
este tesoro, y más aún por tener al Amigo más importante de todos, Aquel que me
conoce mejor que nadie y que fue capaz hasta de dar la vida por mí una y mil
veces. Este Amigo fiel que sueña con mi felicidad, con la plenitud de su vida en mí.
Aquel que se alegra cuando evoco lo más auténtico de mi vida y goza cuando
me encuentro con Él en la oración y la Eucaristía, en la vida cotidiana o en el
encuentro tan rico con los demás. Un amigo que es real y verdadero. Este amigo que me abre su corazón de par en par y me
dice:
“No os llamo ya
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado
amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.” Jn 15,15
Jesús es este amigo que no espera que
cumpla preceptos o normas, Él anhela vivir un encuentro auténtico conmigo para vivir en una constante y auténtica alegría que
contagie a los demás. Un encuentro infinito que me lleve a irradiar su
amor a los demás, que me lleve a crecer y madurar cada día, que me lleve a dar
a los demás el misterio de su amor incondicional.
Aprendamos de Él a dar lo mejor de
nosotros, a dejar de esconder el corazón para anunciar sin vergüenza y sin
complejos al único amigo y hermano que puede sanar nuestras heridas, consolar
nuestras lágrimas, alentar nuestro camino, fortalecer nuestras decisiones y
mostrarnos la mejor ruta para nosotros.
Les animo a que este domingo tomen
conciencia del don de su amor infinito como Amigo, hermano y todo. Que podamos
ver en nuestras vidas y nuestras historias esos verdaderos amigos que parecen
hermanos, esos hermanos que son verdaderos amigos y a Jesús nuestro hermano que
dio la vida por sus amigos día a día.
Jesús será siempre ese mejor amigo que
no duda en entregarse y darse, que no duda en esperarnos y trascender nuestras
caídas. Jesús será siempre ese amigo fiel a pesar de nuestras infidelidades,
porque no nos ama por nuestros méritos y esfuerzos, más bien nos ha amado
primero para que luego nosotros sepamos cómo amar cada vez mejor.
Y este domingo, día de la madre, démosle gracias a
Dios por darnos a esa mujer que esté aún en la tierra o ya en el cielo, nos ha
enseñado de forma tan viva y fuerte lo que es ese amor incondicional, lo que es
la entrega oblativa y generosa. Gracias Señor por esa madre que nos enseña a
ser hermanos, amigos e hijos. Gracias por haber nacido desde una mujer que nos
dio seguridad y protección sin pedirlo, sin esperarlo. Gracias por sabernos amados
y cuidados de tantas maneras y haber recibido de sus manos y corazón la primera
experiencia humana del amor auténtico.
Siempre quedará muy corto y mucho en el
tintero de nuestro corazón cuando describimos estos tesoros, pero que sea esta
pequeñísima reflexión como la punta del ovillo, para que cada uno
sepa desenvolver la madeja personal de nuestra vida y de nuestra historia…
Gracias Señor por amarnos tanto y darnos seres humanos que nos hace recibir tu amor único e incondicional…
Jn 15, 13
Les comparto esta canción de Cristóbal Fones SJ. que se llama: "Como un amigo a un amigo" para que puedan escucharla y seguirla con la letra. Creo que nos puede ayudar a meditar un poco más en este hermoso misterio.
Gracias Magaly, que Dios te bendiga y te siga iluminando para que nos sigas escribiendo estas cosas tan lindas.
ResponderEliminarReferente a las madres, como impactan en cada ser humano, que cuando están en peligro, necesitan ayuda o envejecen, se acuerdan y llaman a su madre y no a otra persona, hasta las personas con Alzheimer , piden a su mamá. Que grandioso es el cariño de la madre.
Te pido por favor oraciones por mi madre y hermana que ya están con el Señor
Emilio
Querido Emilio he rezado y seguiré rezando por ellas y por ti también!
EliminarQuerida Magali, muchas gracias por tu lindo y vivencial compartir que alimenta nuestra Fé y nos invita también a reflexionar y poner siempre nuestra mirada en Nuestro Padre ! Que El te siga llenando de Bendiciones.
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