Viene a visitarme alguien
inimaginable, viene a hospedarse un ser tan sabio, que conoce
mejor que nadie todos los oficios, ciencias y profesiones. El mejor en todo.
Viene con ganas de
encontrarse conmigo, con anhelos de fortalecer nuestra amistad, con sueños de
hacer una gran fiesta aquí. Alguien muy rico, muy sabio y necesitado por todos.
No termino de comprender por
qué a mi casa, por qué a ésta tan sencilla, pobre y desordenada. Ésta con
tantas cosas por arreglar y renovar. Y es por ello: lo necesito ahora y siempre...
Conoce bien el interior de
todas y sabe qué necesita cada una. Y hoy ha escogido la
mía.
Viene a visitarme y con ganas
inmensas de escucharme, de comprenderme, de darme consejos y compartir su ciencia. Viene un gran Huésped a visitarme.
Sabe de carpintería, y podrá ayudarme a curar de las polillas aquellos estantes y cajones llenos de libros.
Esos con historias antiguas y nuevas que dejé de leer olvidándome de lo hermosamente
vivido, o los álbumes con fotos amadas sobre los tesoros de mi calendario. Que me
ayude a barnizarlos para mantenerlos mejor y tener despiertos los buenos pasajes de la historia vivida.
Sabe de gasfitería, y podrá ayudarme a limpiar los grifos donde circula el agua viva que me regala, esa agua
necesaria que refresca mi rostro luego de duras batallas y grandes esfuerzos.
Agua que aviva el camino y calma la sed de mi corazón. Me ayudará a saber
templar el agua fría cuando el corazón queda insensible o el calor fuerte de las
emociones y los disgustos innecesarios. Con su ayuda circulará por mi hogar un Agua pura y limpia para tener una vida transparente y noble.
Es un excelente jardinero,
que me ayudará a podar lo necesario, regar lo seco y escondido, abonar lo
que no crece y madura. Un verdadero jardinero que separará el trigo de la cizaña
y los frutos buenos de los falsos que no me ayudan. Un jardinero que hará que todas
las plantas en mi vida puedan mirar al Sol para recibir la Luz de la vida.
Es un gran
cocinero, que me ayudará a saborear lo que es sano y bueno. Que sabe
identificar qué está bien o qué le falta a lo que voy preparando, que diferencia los
ingredientes apropiados para un momento del día y para distintas etapas de la vida.
Es un médico que diagnostica y
previene las enfermedades que puedo llegar a tener, que me alienta a tomar las
mejores vitaminas para fortalecerme, que me propone una vida
saludable de ejercicio y descanso para caminar lejos y para defenderme de los
virus y lo que pueda contaminarme. Y que puede curar en mi vida toda enfermedad y toda dolencia.
Es un verdadero arquitecto e
ingeniero, que me ayudará a diseñar mejor mi morada, para tener un hogar cálido
y propicio al encuentro y para acoger a otros dignamente. Él me ayudará a
tener cimientos más sólidos, para que al venir la lluvia o el mal clima, ésta se mantenga de pie y fuerte. Con su ayuda, mis puertas y ventanas permitirán que circule el Viento fresco y pueda entrar la Luz clara y alegre que también me regala.
Es un verdadero científico, que identifica las leyes y reglas del universo. Que me ayudará a comprender los
fenómenos de mi vida, y recibir sabios consejos que me enseñen a tomar las
mejores decisiones para mejorar mi camino cada día.
Un maestro formidable, que me
educará para vivir maduramente. Que me enseñará a leer las experiencias de mi vida de forma
serena y clara. Que me enseñará a contar y multiplicar los dones recibidos, que
me educará a dividir y repartir con los otros lo que tengo. Y me enseñará buenos modales, para saber agradecer lo recibido, despedirme de lo innecesario y pedir disculpas por los
errores cometidos.
Es un excelente comunicador, que me ayudará a expresar lo que vivo y escuchar a los otros. Que me animará
a anunciar los tesoros descubiertos y saber difundir las grandezas de la esencia de su amor.
El mejor administrador, que organizará mi mundo, priorizando lo esencial y poniendo al final lo que menos tiempo y fuerzas deba ocuparme.
Un economista grandioso, que
me ayudará a invertir en lo más valioso y a buscar lo más importante. Que me enseñará cómo identificar las
verdaderas riquezas, esas que crecen cuando se reparten, esas que aumentan
cuando se dividen con los débiles y necesitados.
Viene un Huésped que es el
mejor artista, porque sabe pintar sobre mi lienzo, con los colores más maravillosos, las grandezas regaladas. Que con los tamaños y formas
más perfectas, sabrá mostrarme el amor infinito que en mí ha sembrado.
Un artista que sabe tallar y
esculpir de la mejor manera aquellos aspectos de mi vida que sobran, para que
termine dándose la obra soñada y sembrada en lo más profundo.
Un verdadero músico, que anima
mi espíritu con esas notas dulces y vivas, que me despierta con sonidos fuertes
cuando me quedo dormida, que inventa las melodías más armoniosas y bellas para
graficar el himno de mi corazón, que me enseña su infinito amor con volúmenes profundos y eternos ecos para que se graben en lo más íntimo y escondido de mi alma.
Ven dulce Huésped del alma y
entra hasta el fondo de mi espíritu.
ven y recorre por
toda mi casa,
entra a todas mis habitaciones
entra a lo más recóndito y olvidado,
para que con tu sabio dinamismo
y el gozo inmenso de tu amor,
cures e ilumines todo
para que todo quede impregnado
del olor de tu bondad.
Ven dulce Huésped del alma para ser Tú el dueño
de mi morada, de mi vida y mis
opciones.
Para que tengas Tú el timón
de mi vida y las llaves de mis puertas
para que tus dones gobiernen y guíen todo
y pueda comprender así
lo que me muestras día a día.
Quédate en mi hogar, mi vida
y mis sueños
para que sea tu amor la
medida
y tu gozo el fruto
eterno.
Quédate y vive siempre
conmigo
porque sin tus fuerzas
caminar no puedo
porque sin tu luz y tu gracia
yo pierdo el sendero
porque sin tu amor es imposible alcanzar
esta comunión que tanto anhelo.
Te espero Amor de los Amores
te espero Espíritu Santo
para que habites y vivas
conmigo
para que yo pueda entrar en
comunión contigo.
Amén.
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En este domingo de Pentecostés, con lo cual se culmina este tiempo de Pascua, te invito a leer las lecturas de la liturgia y rezar la Secuencia de Pentecostés, un bello himno en el que se describe lo necesario que es la Persona del Espíritu Santo para nuestras vidas.
Hch 2, 1-11
1 Cor. 12, 3b-7.12-13
Jn 20, 19-23
Que maravillosa reflexión querida Magali, expresas todos los anhelos y necesidades por medio de la Fe a recibir y vivir como Templo del Espíritu Santo.
ResponderEliminarUna vez mas querida Magali, muchas gracias, me siento muy agradecida.