Desde muy niña me ha gustado hacerme preguntas. Me encantaba usar diccionarios, preguntarle a mi familia o profesores, o simplemente quedarme pensando. Y creo que es una buena costumbre que fue un canal por el que más adelante pude encontrarme con Dios y descubrir mi vocación. Y creo que todos sabemos hacernos preguntas. Sobre cosas simples y cotidianas o sobre cosas esenciales. Preguntas que nos pueden llevar a tomar un nuevo rumbo, a mejorar el que tenemos. Preguntas que nos llevan a fortalecer nuestras convicciones, a replantear nuestras relaciones, las que nos llevan a mejorar nuestra forma de vivir y hacer. Todo tipo de preguntas que pueden hacernos mejores personas. Y al leer las lecturas de este domingo, me encantó ver que las tres lecturas y no sólo el Evangelio, me remitían a una pregunta importante para renovar el sentido de mi vida y vocación. ¿Quién soy yo? Cuando en la primera lectura Dios le dice a Jeremías: “Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes...
Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida. Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...