Tuve
el regalo de vivir distintas experiencias y encuentros muy hermosos con el
Señor y con distintas personas a lo largo de estos días de Semana Santa. Y de
una u otra manera, es como que me iba identificando con distintas personas y
ocasiones que este misterio de amor entregado nos ofrece.
Fue
así que rezando y agradeciéndole a Jesús por haberme hablado de tantas maneras, me quedé pensando que no se trata de elegir o quedarme con uno de ellos, sino
que nuestra vida tiene muchos aspectos y formas para poder estar más unidos a
Él.
Entonces
le dije hoy al Jesús Resucitado
Jesús,
Si soy como uno de tus apóstoles que caminó contigo, que he sido llamada, fui testigo
de tus milagros y tus entregas.
Si
soy yo uno de los apóstoles que recibió tu mirada atravesando y convirtiendo mi
corazón.
Si
soy yo como uno de tus discípulos que te siguió por Galilea, Betania, pero
también a Jerusalén.
Soy
entonces de las que tengo el privilegio de haber visto en primera fila conversiones, cambios de
vida y obras divinas de todo tipo, a tantas personas y en tantos momentos.
Soy
entonces de las que tengo el privilegio de tener inenarrables historias para
recordar quién eres Tú y quién soy yo para ti.
Pero soy también de aquellos que te vieron humillado, condenado y torturado tan
injustamente.
Soy de los que te condenaron con mis negaciones o eligiendo a otros antes que
ser libre contigo.
Soy mi Señor de aquellas mujeres que tristes y ansiosas esperaban que termine el
descanso del sábado. Y que ya de madrugada tenían listos los ungüentos para
embalsamarte y terminar de sepultarte correctamente.
De
aquellas que irían a mostrar su amor a un Dios muerto y fracasado,
aferrándose solamente a los recuerdos, las miradas grabadas y selladas en el
corazón.
De las que no escucharon los consuelos de la Madre buena, que sí confiaba en las promesas de la resurrección de su Hijo Amado.
Y en otros momentos mi Señor, soy gracias a ti,como este sepulcro que en el momento
más oscuro de la noche puede ser testigo de la luz más divina y maravillosa que
el espíritu humano pueda contemplar.
Soy
este pobre sepulcro en el que se ha albergado tu cuerpo bendito, tu rostro
herido y tu vida entregada para que mi muerte y enfermedad resucite contigo recibiendo la luz infinita y
sea feliz para siempre.
Soy
mi Señor Amado este pobre sepulcro que te puede albergar sin merecerlo. Que sin tener todo
acabado, decide cerrar la puerta para estar a solas contigo, para hablar en lo secreto,
para escuchar tus maravillosas historias y obras que haces en mi.
Mi
Jesús Resucitado, hoy solo quiero darte gracias porque me revelas tu Palabra para entender que me parezco un poco a
uno, un poco al otro.
Pero
hoy doy especialmente gracias infinitas porque tienes esa única historia de amor, esa entre Tú y yo.
Esa
historia en la que nos hemos conocido, hemos caminado, me has mostrado tus
obras y milagros. Esa historia preparada para mi en la que has obrado
maravillas, en la que me has lavado los pies tantas veces, en la que has ido
convirtiendo mi corazón. Esa en la que te he negado tantas veces, en la que me
has perdonado muchas veces más.
Esta
historia inenarrable en la que has dado y sigues dando la vida por mi. Esta bendita en la que lo más oscuro y perdido de mi vida ha sido
transformado y resucitado en ti y para siempre.
Entonces
mi Señor, sólo me mueve ser testigo de tu Resurrección, esa que obraste en
nuestra historia. Testigo de la esperanza y la certeza que no hay nada que
pueda destruirnos y apagarnos porque tu misma vida es la que nos tiene y
sostiene para siempre.
Esta vida eterna que es tu amor pleno y tu gozo eterno. Esta mi vida puesta en la tuya divina.
Hoy mi Señor te doy gracias por mi historia, esta que es la tuya en la mía.
Por eso, hoy te agradezco, porque prefiero poder contar esta historia que es la nuestra...
CON DIOS TODOS SIN NADA PODEMOS HACER SIN AMOR INFINITO ÉL ES TODO NOS EN PENSAMIENTO OBRA EN NUESTRO DE CADA UNO DE SUS HIJOS AMÉN
ResponderEliminarGracias por tu oración tan hermosa, que solo brota de un corazón enamorado del Señor.
ResponderEliminarGracias Maga
Gracias Maga por tanto, cada vez que leo tus expeeiencias , me lleno del Amor de Dios y lo amo cada vez más y creo en El y su Santa Voluntad.
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