Hace unos días en la fila de comunión estuve detrás de un señor muy alto. Le llegaba como al hombro, y me dio mucha risa tomar más conciencia de lo baja de estatura que soy. Ya luego me puse a pensar cómo vemos las cosas de la vida cotidiana los que somos bajos y cómo los que son más altos. Es una condición física que también se puede trasponer a la experiencia de vida interior. Una persona alta de espíritu puede ver mejor el horizonte y lo que está por delante. Una persona baja está más cerca al suelo, puede ver más fácil lo que circula por debajo. Una persona alta puede tomar mejor aire y estar más cerca al cielo. Una persona baja de espíritu puede echarse más fácilmente y permanecer cerca al suelo con mayor facilidad. Y justo hoy el Evangelio nos cuenta la historia de Zaqueo, este personaje bajo de estatura que vive un encuentro tan hermoso con Jesús, que lo convierte gracias a Él en un hombre muy alto de espíritu y muy alto de gratitud y esperanza para nosotros. Si la...
Todos tenemos experiencias cotidianas que nos llenan de asombro y nos llevan a encontrarnos con la presencia de Dios en nuestra vida. Quiero compartirles mis propias experiencias sencillas y reales, que puedan animarles a descubrir las que están a su alrededor...