Me encanta aprender cada día algo nuevo. Hoy rezando
aprendí el significado de una palabra que nunca le había prestado atención: el “bieldo”.
Me gustó mucho entender la función de esta herramienta, y lo que puede
ilustrarnos para nuestra vida.
Es una palabra que Juan Bautista utilizó para animarnos
a convertirnos más a Dios. Una palabra con la que se puede comprender mejor cómo
Jesús es quien nos revela la verdad de nuestras vidas y corazones. Nos dice:
“Él
tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y
quemará la paja en una hoguera que no se apaga”. Mt
3,12
Me puse entonces a leer y ver algunos videos para
comprender la forma cómo se separa el trigo de la paja. Y la forma tradicional es
juntando ramas cosechadas por grupos más pequeños, que reciben el nombre de
parva. Existe entonces este instrumento del que habla Juan Bautista que se
llama bieldo. Es como un gran trinche, con el cual se levanta toda la parva al
aire, para que se remuevan las ramas. Y al levantarlas hacia arriba, el viento
deja flotando la paja que no pesa y el grano de trigo cae sobre el suelo. Es
como un ejercicio de separar lo volátil y hueco para rescatar el verdadero
alimento, que tiene peso, que es el trigo.
Es una figura que me dejó resonando. Me llevó a
comprender que así también puedo revisar mi vida y mis acciones:
separando lo importante de lo que no me ayuda. Espero que estas pequeñas ideas nos ayude a descubrir cómo va nuestra relación y camino hacia Él. Hagamos
este ejercicio, para saber cómo se ha llenado nuestra vida y corazón en este momento de nuestra vida.
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Lo
primero e importante, es que Juan dice que “Él tiene el bieldo en la mano”:
Es decir, que Jesús es quien entra al fondo de nuestra parva, de nuestra vida y
es quien tiene el poder en sus manos de mover el bieldo, que es Él quien obra
en nosotros. Es como la figura de confirmar que Dios que nos ama tanto, es el
que tiene las riendas de nuestra vida. Es como un recordarnos y animarnos a dejar
que Dios sea Dios…
·
El
profeta nos dice luego que Jesús “aventará
su parva”: Y eso me llevaba a confirmar que Él decide cuándo será el mejor momento para cada cosa que nos toque vivir. Y
llegado el momento, aventando la parva de la vida, nos invitará a reconocer y
ver nuestro trigo, nuestra paja o tal vez la cizaña infiltrada. Será Él y ha
sido Él quien conociéndonos muy bien, nos ofrece oportunidades para revisar
nuestra vida y tal vez reencaminarnos. Tal vez hayan parvas pequeñas y situaciones
más sencillas, y en otros momentos serán situaciones muy importantes que pueden
definir momentos trascendentales de nuestra historia. Pero tengamos claro que
es Él quien avienta la parva, y será Él quien recoja nuestro trigo. No dejemos
de confiar y creer que estamos en sus manos, en las mejores manos…
·
Luego afirma: “reunirá su trigo en
el granero”: Cuando las verdades caigan por su peso y pueda mostrarme lo más
importante y valioso que ha ido sembrando en mí, será el momento para percibir su
alegría por los frutos alcanzados en mi vida, será la experiencia de gratitud a
su amor, gratitud por el tiempo de siembra, de espera, de riego, de luz y agua.
Será el tiempo para reconocerme, reencontrarme y retomar mi llamado y mi misión.
Será el momento para permanecer con Él en el granero de mi corazón y mi
espíritu, donde Él habita y quiere permanecer conmigo.
·
Qué bonita figura la del granero.
Éste existe y sirve para guardar la cosecha del buen trigo. No sirve para dejar
la paja, los insectos o todo aquello que pueda contaminar el buen trigo. Y está
en mis manos y en las tuyas cómo mantener el granero de nuestro espíritu
limpio, fresco y protegido para que pueda alimentarme y alimentar a los demás.
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Y
finalmente dice que: “quemará la paja en una hoguera que
no se apaga”. Con lo cual habla de lo inútil e infecunda que es la paja en
relación al trigo. La paja no tiene consistencia, no nutre, es seca y es tan
débil y pobre que se la lleva el viento. Paja que grafica todo aquello que en
nuestra vida no tiene valor ni consistencia. Todo aquello que puede ser
aparentemente más vistoso y más grande porque ocupa más espacio. Pero una paja
que ni alimenta, ni ayuda.
Y así, Jesús cuando ve paja en nuestra vida, de una u otra
manera nos ayuda a través de diversas circunstancias a quemarla, a sacarla de
nuestra historia. Paja que no se refiere a cosas cotidianas y del día a día, pues
ellas también pueden ser buen trigo. Es más bien esa paja que implican aquellos
hábitos, ideas, sentimientos, afecciones, motivaciones, costumbres que pueden
ahogar nuestro trigo, que puede contaminar el aire de nuestra vida. Paja que
puede distraer y distorsionar lo verdaderamente importante y el tesoro sembrado
en nuestro espíritu y nuestras vidas.
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Me llama
la atención, además, que la cosecha de la planta de trigo es abundante, y por
ello, primero se les separa en grupos o parvas. Pero la proporción entre la
cosecha y los granos de trigo que se obtienen es impresionante… Tantos kilómetros
o metros de sembrío, para rescatar una cantidad de granos exponencialmente
inferior…
Y ésto me ayudó a tomar
conciencia que así ocurre también en nuestra vida. Son muchas las cosas que
tenemos, que hacemos, que hablamos y vivimos. Pero a la hora de la hora, lo más
importante de todo, puede resumirse en lo esencial del amor, del gozo en su
presencia, de la fidelidad consolidada, de la misión en nuestra vida. Todo este
trigo que puede ser bueno y grande, cuando va de la mano y ayuda de Dios. Sólo
el amor basta, sólo Dios basta, sólo el cielo y la felicidad basta. Solo la fe
y la esperanza bastan. Todo el resto se nos dará por añadidura.
Creo que se trata de mantener el
trigo de la mejor manera. Que, con el esfuerzo, la amistad, la familia, la
comunión, la alegría, permanezcamos con Jesús en el granero de nuestra vida y
nos dirijamos al abrazo eterno en el granero del cielo…
Señor, mi Trigo bueno
Mi Señor, hecho Pan bendito
Quién mejor que Tú para sostener mi vida
Quién mejor que Tú para separar lo que sobra
Quién mejor que Tú para regar y alimentar mis
pequeñas semillas
Quién mejor que Tú para comprender mis gozos y los
frutos de mi vida.
Aquí estoy, dispuesta a escucharte, dispuesta a
dejarme remover
Aquí estoy para ver con tus ojos qué es trigo y qué
es paja
Aquí estoy para creerte y esperarte con paz y
entusiasmo.
Aquí te espero en mi granero, en nuestra historia,
en esta mi casa que es la tuya.
Aquí estoy para levantarme nuevamente y buscar
convertirme un poco más.
Aquí estoy para permanecer a tu lado y recibirte en esta
Hostia Santa
que me das cada vez que te busque y te necesite.
Gracias Señor por tu Trigo, por mi vida por nuestro
eterno granero…
AMÉN
Mateo 3,1-12
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Les comparto esta canción que tal vez ya la conocen,
y que habla de lo que queda como esencial cuando ya no sabemos a dónde mirar. Jesús
siempre estará a nuestro lado para acompañarnos y rescatar el trigo bueno que va
creciendo.
Linda y profunda reflexión Magali!!! Ser trigo generoso!!! Estoy hacen 3 días en Clinica con Hector,con Neumo IA, va mejorando a pocos,abrazos ,gracias!!!!
ResponderEliminarHola!! Qué bueno que te ayude!!! Aquí sale anónimo. Me dejas mensaje en mi celular o mail quien eres para rezar por Hector???
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