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Flores en el desierto

 


Por distintas razones, esta semana me tocó vivir y ser testigo de la tristeza y angustia por distintos tipos de pérdidas y circunstancias. Dolores hondos en los que dan ganas de hacer algo por ellos y lo mejor es rezar y ofrecer.

Creo que cuando en la vida nos toca atravesar momentos así, podemos tal vez identificarnos con alguna de las figuras que la 1ra lectura de este domingo como: el desierto, yermo, estepa, las manos débiles, las rodillas vacilantes, inquietud, ceguera, sordera, cojera, pena y aflicción. Figuras que de una u otra manera no son extrañas ni nuevas en nuestra historia de vida.

Y junto a estas experiencias, tuve también la bendición de vivir y ser testigo de otros momentos de especial alegría en los que también podrían identificarse con palabras de esta misma lectura: regocijo, alegría, florecer, germinar, contemplar la gloria y majestad de Dios, fortalecer, vivir sin temor, saltar, ser rescatados, cantos de júbilo, alegría sin límite.

Nuestra vida es así. Llena de dolores hondos o no tan hondos y otros de gozos hondos y también los sencillos, pero muy importantes.

Y hoy me pregunto con sinceridad: si pudiera filtrar o cernir todas mis experiencias de vida, ¿Cuáles son las que permanecen y son verdaderamente importantes? ¿Cuáles son las que marcan mi vida, mi modo de vivir y terminan siendo el motor de mi forma de vida?

Estoy convencida que todo depende en quién pongo mi confianza y esperanza. Quién es aquel innegociable en mi vida con el que estructuro y comprendo mi historia, mis esfuerzos, mis opciones y el ritmo de cada peldaño que me toca subir para alcanzar la felicidad que tanto anhelo…

Leer las promesas del profeta Isaías en esta lectura me ilusionó y animó mucho a leer nuevamente mi camino y mi historia.

Esta es una profecía que viene a ser como una especie de “spoiler”, porque se nos adelanta que las promesas de Dios serán cumplidas y todo tendrá un final feliz. Algo que nos da una verdadera paz en el corazón.

Me atreví a darle algunas interpretaciones y meditaciones que este día les comparto. Y ojalá que les pueda ayudar.

El desierto y el yermo se regocijarán: las arideces y sequedades en nuestra vida, aunque parezca que no habrán frutos o buenos resultados, con la gracia de Dios y su venida, habrá mucha agua dulce y bendita que transforme los más seco e infértil en un espacio de paz y fertilidad. Nos promete agua y vida donde solo pueda verse sequedad e infertilidad. Sólo nos pide confiar y esperar.

Se alegrará la estepa y florecerá, germinará y florecerá como flor de narciso: estos terrenos que solo permiten crecer plantas muy separadas unas de otras sin flores, son de las que germinarán flores de narciso, unas que son sumamente bellas y de colores vivos. Algo que puede tal vez simbolizar a lo que nos sucede cuando pensamos que se puede esperar muy poco de lo vivido, cuando pueden venir ideas de que nuestra vida es mediocre, o que no hemos tenido mayores logros y frutos. Pero entonces, viene Dios con sus signos, sus códigos y muestras de amor para mostrarnos que nuestra vida e historia es muy bella y existen muchísimos flores y frutos de donde menos lo pensamos. Esas flores que también son signos claros de que Él siempre estuvo a nuestro lado sin aún percibirlo.

Le ha sido dada la gloria del Líbano: Se nos ha dado una y otra vez el regalo de esa gloria que se denomina así, porque permite hacer crecer los árboles fuertes, altos y firmes de pinos, abetos y cipreses. Esos que era para ellos muestra de solidez, de vida y firmeza. Muestra y promesa para nosotros de recibir la fuerza y vida de Dios que hace de nuestra condición frágil y tan pequeña, una historia tan bendecida que puede servir de ayuda y apoyo para los que amamos y los que nos necesitan.

 Fortaleced las manos débiles: tomémonos de sus manos y las de María para que nos ayuden a seguir haciendo, señalando, guiando y respondiendo con un sí a cada invitación que su Hijo nos haga. Que nuestro que hacer sea fortalecido y animado por Él, que ya llega.

… afianzad las rodillas vacilantes: Esas que necesitan estar fuertes para permanecer de pie el tiempo que sea necesario, o las que lo necesitan para arrodillarse sea para rezar, pedir perdón, acercarse a los débiles, o reconocer nuestra humana y frágil condición. Pero sea de rodillas o de pie, pueda siempre afianzar la objetividad y verdad de nuestra vida para vivir en auténtica humildad.

…decid a los inquietos: «Sed fuertes, no temáis”: Decirnos a nosotros mismos y decir a todos los que se llenan de angustias, ansiedades y temores por el futuro incierto, el presente oscuro o el peligro inminente, que no estamos solos, que hay una fuerza que se nos ha regalado. Que aceptemos el temor, pero luego, soltemos TODO, ABSOLUTAMENTE TODO, en las manos del que ya llega pero que en realidad ya está SIEMPRE Y A TODA HORA JUNTO A NOSOTROS.

Entonces se despegarán los ojos de los ciegos: Entonces nuestras cegueras interiores, nuestras experiencias de ver todo nublado e incierto, el no ver claro el presente o el futuro, nuestro orgullo que tergiversa lo que tenemos en frente, nuestra razón que puede empezar a fallar, nuestras funciones cognitivas que nos empiezan a hacer malas jugadas. Todo ello será nuevo y mejor con la luz divina de la visión clara y distinta de Dios.

…los oídos de los sordos se abrirán: Esa sordera del que no quiere escuchar a los demás, la de no poder entender lo que se nos dice por ignorancia, la sordera por no saber o no querer escuchar lo que Dios nos dice. TODO será distinto porque Dios será perfectamente escuchado como si estuviera físicamente a nuestro lado. No habrá razón ni excusa para no escucharle y no entenderle. Entonces será más fácil saber qué es lo mejor para nosotros y para los nuestros.

…entonces saltará el cojo como un ciervo: Nos será fácil caminar, correr, subir vallas y peldaños difíciles y fáciles. Con su amor y gracia no habrá obstáculo que no seamos capaces de trascender porque Él es nuestro bastón, nuestra vitamina, nuestro verdadero alimento. Con Él, se aligeró todo lo que está en nuestro camino. Con Él no hay dificultad ni nada que nos limite para ser felices.

¡Tantas promesas queridos amigos que nos pueden llenar de alegría!

¿Saben por qué?

Porque son promesas ya cumplidas. Son promesas que no se han de esperar al fin de los tiempos. Son promesas que el profeta Isaías las dijo anunciando a Jesús. Promesas ya cumplidas que, con los ojos un poco abiertos, los oídos un poco dispuestos, las manos un poco extendidas para recibir su ayuda y ya un poco de rodillas, nos pueden llevar a recibirlo en este mismo momento si decidimos acogerlo.

El Señor YA ESTÁ EN MEDIO DE NOSOTROS.

Y por eso, este domingo de alegría, podemos vivir un gozo que no se debe forzar. Sencillamente es un gozo que se puede descubrir dentro de nosotros, cuando le vemos allí esperándonos, mirándonos con ojos de ternura y misericordia, ayudándonos y amándonos desde siempre.Un Jesús que solo espera encontrarse una y otra vez con nuestro débil y necesitado corazón.



No es necesario buscar falsas alegrías o distracciones. Esas se van. Busquemos estas eternas que no se van. Porque si no, estamos buscando como decía Chesterton: “Ese es el intento de alegrarse sin nada por qué alegrarse”.

Gracias Señor por llenar nuestra vida de un gozo auténtico que no se va con nada ni nadie. 

Gracias por ofrecernos el gozo que lleva a la verdadera paz y nos invita a amar más y más cada día.

"Retornan los rescatados del Señor. Llegarán a Sión con cantos de júbilo: alegría sin límite en sus rostros. Los dominan el gozo y la alegría. Quedan atrás la pena y la aflicción". Is 35, 10

 

Isaías 35, 1-6a. 10


Les comparto un aleluya dirigido a María que me gustó muchísimo y nos anima a serguir esperando con Ella en este tiempo...



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